HERBERT SPENCER |
HERBERT SPENCER: Uno de los primeros sociólogos ingleses. Como buen positivista que fue, hace la comparación de la sociedad con el cuerpo humano; dice que los órganos de la sociedad son las siguientes instituciones:
a. La familia: Concilia las necesidades de viejos y adultos con máximo de libertad y evolucionan de la promiscuidad, poliandria, poligamia hasta la forma perfecta que es la monogamia.
b. Ceremoniales: Basados en la costumbre y cumplen funciones de control social.
c. Políticas: Estructura que ha evolucionado hasta alcanzar la forma parlamentaria y democrática.
d. Religiosas: Surgen de la incomprensión irracional y del miedo humano.
e. Profesiones: Es resultado de la diferenciación que sirve a la vida nacional.
f. Económicas: Son instituciones que han evolucionado desde la esclavitud, pasando por el servilismo hasta llegar al trabajo libre.
a. La familia: Concilia las necesidades de viejos y adultos con máximo de libertad y evolucionan de la promiscuidad, poliandria, poligamia hasta la forma perfecta que es la monogamia.
b. Ceremoniales: Basados en la costumbre y cumplen funciones de control social.
c. Políticas: Estructura que ha evolucionado hasta alcanzar la forma parlamentaria y democrática.
d. Religiosas: Surgen de la incomprensión irracional y del miedo humano.
e. Profesiones: Es resultado de la diferenciación que sirve a la vida nacional.
f. Económicas: Son instituciones que han evolucionado desde la esclavitud, pasando por el servilismo hasta llegar al trabajo libre.
ROBERT MICHELS: Este sociólogo alemán, en su obra: “Los Partidos Políticos”[1] observó que los lideres de las organizaciones mantienen una lucha implícita por el poder contra sus propios seguidores: en toda organización hay una lucha de clases en miniatura. Así como en los sistemas económicos los pocos miembros de la clase alta dominan a las clases bajas, mucho más numerosas pero inmovilizadas, la elite de la organización se sale con la suya, aunque sea inferior en numero a sus seguidores, porque está mucho mejor movilizada. La organización se debe considerar como un entorno político donde los vencedores de la lucha interna por el poder son los que controlan los medios materiales de administración.
WILLIAM ISAAC THOMAS: Sociólogo norteamericano, en su celebre obra “The Polish peasant in europe and america”[2], formula los conceptos de organización, desorganización y reorganización: “Hay por supuesto, una cierta dependencia reciproca entre organización social y organización vital del individuo. Discutiremos el influjo que la organización social ejerce sobre el individuo, veremos en éste y en los siguientes volúmenes cómo la organización vital de los individuos miembros de un grupo, en especial de los miembros directivos, influye en la organización social. Pero la naturaleza de este influjo reciproco es un problema que es preciso estudiar en cada caso particular, no un dogma que haya de aceptarse por adelantado”[3]
KARL MANNHEIM: Este destacado sociólogo alemán, en su libro “Hombre y sociedad en la era de la reconstrucción”[4], afirmó que las organizaciones pueden funcionar sobre 2 tipos de racionalidad diferentes. Existe la racionalidad sustancial, es decir, el conocimiento humano de que ciertos medios conducen a ciertos fines. Este es el tipo de racionalidad que solemos elogiar y, según se cree, es el sello distintivo de nuestra era científica, profesionalizada y libre de supersticiones. Sin embargo, también hay otro tipo de racionalidad, que ha llegado a ser aun más prominente: la racionalidad funcional (o formal) de las organizaciones burocráticas. La racionalidad consiste en la obediencia a las reglas y reglamentos, la adhesión a lo prescrito, pues se supone que son la compilación exhaustiva de la forma más eficiente de hacer las cosas.
CHARLES HORTON COOLEY: Este sociólogo de la Escuela de Chicago nos da su concepto más importante: “grupos primarios”. Con ella afirma la relación orgánica de la formación del yo social individual con los grupos y con la mente humana más amplia. Inicia así un pragmatismo social o, mejor dicho, sociológico. Los grupos primarios,-la familia, el grupo de juegos del niño, el vecindario, etc.- se caracterizan por la asociación y cooperación intimas y el contacto directo “cara a cara” de sus miembros. Son primarios, es decir, básicos para formar la naturaleza e ideales sociales del individuo, su sentir que el grupo es un “nosotros”, su aceptar los “ideales primarios”-amor sacrificado, lealtad, etc. La democracia y el cristianismo extienden los ideales primarios a ámbitos sociales más amplios.
TALCOTT PARSONS: Este gran sociólogo norteamericano, fundador del estructural funcionalismo, también nos plantea algunas ideas sobre la organización social. Parson afirma que su punto de referencia más importante para analizar la organización es su pauta de valor. Si bien estudio el poder, su interés primordial se situaba en las dimensiones culturales que proporcionaba la integración organizativa. Así, mientras la mayoría de la gente concibe la organización como un escenario donde se produce la lucha por el poder, Parsons se preocupaba por los valores que hacían que las organizaciones se mantuvieran unidas. Como sostuvo esta opinión durante toda su carrera, Parsons llego a ser considerado un teórico del consenso.[5]
WILLIAM ISAAC THOMAS: Sociólogo norteamericano, en su celebre obra “The Polish peasant in europe and america”[2], formula los conceptos de organización, desorganización y reorganización: “Hay por supuesto, una cierta dependencia reciproca entre organización social y organización vital del individuo. Discutiremos el influjo que la organización social ejerce sobre el individuo, veremos en éste y en los siguientes volúmenes cómo la organización vital de los individuos miembros de un grupo, en especial de los miembros directivos, influye en la organización social. Pero la naturaleza de este influjo reciproco es un problema que es preciso estudiar en cada caso particular, no un dogma que haya de aceptarse por adelantado”[3]
KARL MANNHEIM: Este destacado sociólogo alemán, en su libro “Hombre y sociedad en la era de la reconstrucción”[4], afirmó que las organizaciones pueden funcionar sobre 2 tipos de racionalidad diferentes. Existe la racionalidad sustancial, es decir, el conocimiento humano de que ciertos medios conducen a ciertos fines. Este es el tipo de racionalidad que solemos elogiar y, según se cree, es el sello distintivo de nuestra era científica, profesionalizada y libre de supersticiones. Sin embargo, también hay otro tipo de racionalidad, que ha llegado a ser aun más prominente: la racionalidad funcional (o formal) de las organizaciones burocráticas. La racionalidad consiste en la obediencia a las reglas y reglamentos, la adhesión a lo prescrito, pues se supone que son la compilación exhaustiva de la forma más eficiente de hacer las cosas.
CHARLES HORTON COOLEY: Este sociólogo de la Escuela de Chicago nos da su concepto más importante: “grupos primarios”. Con ella afirma la relación orgánica de la formación del yo social individual con los grupos y con la mente humana más amplia. Inicia así un pragmatismo social o, mejor dicho, sociológico. Los grupos primarios,-la familia, el grupo de juegos del niño, el vecindario, etc.- se caracterizan por la asociación y cooperación intimas y el contacto directo “cara a cara” de sus miembros. Son primarios, es decir, básicos para formar la naturaleza e ideales sociales del individuo, su sentir que el grupo es un “nosotros”, su aceptar los “ideales primarios”-amor sacrificado, lealtad, etc. La democracia y el cristianismo extienden los ideales primarios a ámbitos sociales más amplios.
TALCOTT PARSONS: Este gran sociólogo norteamericano, fundador del estructural funcionalismo, también nos plantea algunas ideas sobre la organización social. Parson afirma que su punto de referencia más importante para analizar la organización es su pauta de valor. Si bien estudio el poder, su interés primordial se situaba en las dimensiones culturales que proporcionaba la integración organizativa. Así, mientras la mayoría de la gente concibe la organización como un escenario donde se produce la lucha por el poder, Parsons se preocupaba por los valores que hacían que las organizaciones se mantuvieran unidas. Como sostuvo esta opinión durante toda su carrera, Parsons llego a ser considerado un teórico del consenso.[5]
[1] Michels, Robert. “Los partidos políticos; un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna.” Buenos Aires: Amorrortu, 1972.
[2] Thomas, William Isaac. El campesino polaco en Europa y en América. Centro de Investigaciones Sociológicas, 2006.
[3] Beriain, Josetxo, y José Luis Iturrate. “Para comprender la teoría sociológica”. Navarra, España: Verbo Divino, 1998.
[4] Mannheim, Karl, y Edward Shils. “Hombre y Sociedad en la era de la reconstrucción.” New York: Harcourt, Brace & World, 1940.
[5] Ritzer, George. “Teoría sociológica clásica”. Madrid: McGraw-Hill, 1993.
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