29 de julio de 2011

IZQUIERDA DEMOCRÁTICA Y OLLANTA HUMALA

Esta es la primera vez que la izquierda política llega al poder en el Perú por la vía democrática. El anterior intento fue con Alfonso Barrantes, destacado líder de voluntad concertadora, quien llegó a consensuar a los diferentes grupos de un amplio conglomerado y alcanzó la segunda votación en 1985.

La evolución de la izquierda hacia las vías democráticas ha sido significativa en nuestra historia republicana, desde que apareciera, hace más de ochenta años, en sus dos más significativas vertientes, la de José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Comunista, y la de Haya de la Torre, menos radical, quien logró formar un partido de masas (el Apra).

La izquierda más radical, incluidos los brotes más extremistas de los años 60, nunca llegó al poder a través de un proceso electoral, aunque sí a través de gobiernos de facto, como fue el caso del general Velasco en 1968. Esta izquierda siempre estuvo asociada con gobiernos autocráticos o dictaduras que impusieron ideas y prácticas antidemocráticas.

Cuando el Apra logra llegar a la Presidencia de la República en 1985, con Alan García, lo hace con un predicamento moderado y ya no de izquierda.

Por eso, el triunfo de Ollanta Humala en las recientes elecciones representa en los hechos la primera vez que un frente de izquierda logra obtener la primera magistratura por los canales electorales, gracias a la unión de los distintos y a veces antagónicos sectores de la misma en una sola propuesta política.

Esto ocurre en tiempos en que la política se ha desideologizado y convertido más bien en campo de lucha de programas y propuestas concretas antes que de ideologías a la usanza del siglo pasado, que en poco contribuyeron a resolverle a la ciudadanía sus problemas más acuciantes.

Ello hace que los gobiernos tengan que reemplazar las grandes teorías políticas y se concentren más en buscar soluciones prácticas a los problemas reales y específicos de la gente que ya está cansada de la grandilocuencia de los discursos y promesas que solo quedan en palabras sin contenido.

El gran avance de la política en el Perú de los últimos años es que las izquierdas, de distintos matices, han entendido que es necesario seguir el camino democrático para alcanzar el poder, lo que las compromete también a ejercerlo respetando el libre juego de las libertades públicas que garanticen el respeto de la voluntad popular y así gobernar en consonancia con lo que esta decida.

Ya no se acepta que una élite que se considere iluminada imponga su voluntad o que algún grupo fanatizado pretenda imponer sus ideas utilizando métodos vedados.

Por eso, el reto de Ollanta Humala será aun mayor, ya que deberá gobernar con una izquierda que respete las libertades y principios democráticos, y a la vez resuelva los problemas sociales pendientes, que no son pocos, ni fáciles de solucionar.

Nadie duda de que el esfuerzo central de su Gabinete Ministerial ‘arco iris’ será mantener las buenas tasas de crecimiento con una mayor inclusión social.

Sin embargo, el gran desafío de la izquierda será demostrar que sabrá actuar dentro de las reglas del sistema democrático, que está dispuesta a cumplirlas y que respetará las críticas de la prensa y de sus adversarios, para así estar a la altura de la confianza que el pueblo le ha otorgado.

De esa manera podrá desvirtuar la creencia que todavía tiene un sector de la población en el sentido de que el líder de Gana Perú sigue siendo el lobo disfrazado con piel de cordero, y que, después de portarse bien al inicio, sacará las garras, como lo han hecho otros gobiernos latinoamericanos más al norte.

Por: Raúl Ferrero Costa

28 de julio de 2011

SIN NOVEDAD...

Discurso del Presidente de la República del Perú, Ollanta Humala Tasso, ante el Congreso de la República, el 28 de julio del 2011, en el marco de su asunción a la Primera Magistratura del Estado:

Recibo con humildad y profundo fervor patriótico el cargo de Presidente de la República.

Declaro ante el Congreso, ante los presidentes amigos aquí reunidos y ante el pueblo peruano que, fiel al mandato de las urnas y en pleno respeto al Estado de Derecho, dedicaré toda mi energía a sentar las bases para que borremos definitivamente de nuestra historia el lacerante rostro de la exclusión y la pobreza construyendo un Perú para todos, atento siempre, en los más frágiles de nuestros hermanos. Exigiré el mismo compromiso y la misma energía a todo el equipo que me acompaña en el Ejecutivo.

La democracia peruana será plena cuando la justicia y la paz social, la soberanía nacional y la seguridad de nuestras familias constituyan el zócalo de nuestra nación, cuando la igualdad sea patrimonio de todos y la exclusión social desaparezca aún en los lugares más remotos del país. Queremos que la expresión misma de “exclusión social” se borre para siempre de nuestro lenguaje  y de nuestra realidad. Asumiré este reto con mi palabra y con mi vida.

Hace casi un siglo, en 1914, Víctor Andrés Belaúnde, uno de los grandes intelectuales y políticos del siglo XX, al terminar un discurso en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, lanzó a los jóvenes una proclama que era, al mismo tiempo, un grito de batalla y una demanda: ¡QUEREMOS PATRIA!

Esta proclama años después fue recogida por José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre  para convertirla en pensamiento y acción. Esa reivindicación de la patria y de la Nación  ha sido, como ahora, el sueño encendido de generaciones y de pueblos.

Desde la fundación de la República, la patria constituye una aspiración al destino común, una esperanza, una promesa inacabada por la que el pueblo peruano ha estado siempre dispuesto a entregar su vida en la paz y en la guerra, para defenderla y para legarla a sus hijos con orgullo y con fe.

La patria es nuestra Historia común, es el espacio donde todos los peruanos y peruanas queremos vivir en paz y en democracia. Por ello todos nos sentimos orgullosos de nuestra bandera, símbolo de nuestras luchas y de nuestro amor a la paz.

Esta aspiración  a una patria inclusiva es la que abre el camino  al progreso social. Para hacerla posible nos presentamos ante el pueblo y por eso estamos aquí. Asumo este reto como un desafío y como una promesa que expreso hoy ante todos los peruanos, y especialmente ante mis hijos y ante todos los niños y niñas de este país, los que serán el Perú de mañana. Este es nuestro patrimonio más rico. Por ellos y para ellos voy a cumplir mi promesa de hacer de este país un lugar donde todos disfruten del mismo derecho a la plenitud y a la felicidad, a una vida digna y a una vejez protegida.

Peruanas y peruanos:

El cinco de junio una mayoría de ciudadanos expresó su deseo de que el crecimiento económico y la inclusión social marchen juntos para transformar nuestro país en una patria de oportunidades para todos.

El incremento desmedido de los conflictos, muchos de ellos absurdamente violentos, nos demuestran, día a día, que es urgente reparar las injusticias, corregir el rumbo y restablecer el diálogo en nuestra sociedad.

El Perú es un país plurilingüe y multicultural. Esta múltiple diversidad constituye sin duda nuestra mayor riqueza. Sin embargo, durante mucho tiempo ha existido un discurso y una práctica de la exclusión, del rechazo a la diferencia, un “tú no eres igual que yo” que cobijó la discriminación y la intolerancia. Esto resulta cuando menos extraño porque los comportamientos excluyentes provienen muchas veces de quienes elogian nuestra diversidad cultural.

Pero, precisamente esa diversidad cultural proviene de entender,  que nuestra nación es un crisol de razas y tradiciones. Son ellas las que sustentan, por ejemplo, nuestra extraordinaria gastronomía, hoy admirada y reconocida en el mundo. Porque somos diferentes, pero iguales en el fondo, labramos nuestra existencia en el trabajo y en el esfuerzo cotidiano. Somos mezcla y creatividad. Somos imaginación y trabajo. Y esta diversidad, que queremos integradora y no marginadora, constituye el fundamento de nuestra riqueza.

Nuestro país trabajador, honrado y diverso, se encuentra fracturado y herido. Sufre el abandono de los políticos y de un Estado insensible, burocrático y centralista. Un Estado que le ha dado la espalda al interior del país, un Estado que sufre de “mal de altura o soroche” y que se niega a subir los andes y extenderse en nuestra amazonía. Un Estado acechado por la corrupción y el despilfarro, alejado de sus ciudadanos, incapaz de protegerlos de la violencia y la criminalidad.
Sueño con un Perú donde la vida no sea un riesgo, donde las ciudades sean espacios seguros donde el ciudadano se encuentre protegido. Para esto necesitamos más estado, más patria y que la corrupción sea sancionada.

La democracia expresó en las urnas un mandato y ese mandato debe ser honrado. Restablecer el valor de la palabra empeñada ante el pueblo constituye el eje de la recuperación de un sistema de valores éticos inherentes a la República.

Sin embargo, transformar el país no es tarea fácil. No solo porque el cambio es siempre una tarea de multitudes, sino porque también implica enfrentar y superar nuestros problemas, proponer una nueva manera de convivir. La realidad exige transformaciones para que la igualdad, la tolerancia, el reconocimiento de nuestra diversidad  y un desarrollo que nos incluya a todos sea, al mismo tiempo,  un acto civilizatorio y un compromiso colectivo. La realidad nos interpela diariamente y nos exige un nuevo contrato social que haga posible la convivencia armoniosa de todos los peruanos.

Evoco aquí nuevamente la figura de Haya de la Torre y su legado, plasmado singularmente en la Constitución de 1979, la ultima constitución de origen democrático, a la que muchos no la han respetado y por eso la olvidan, que constituye para mí una verdadera inspiración por su contenido nacional, democrático y de libertad.

El gran Nelson Mandela, en un célebre discurso pronunciado en el marco de la UNESCO, afirmó, con la convicción que lo caracterizaba, que la igualdad, la equidad económica y la justicia social eran la base de toda democracia. El dijo: “No hay democracia con miseria, no hay democracia con asimetrías sociales”. Y porque creo en la justicia de esta frase, yo he jurado respetar y defender la democracia. Fortalecerla en sus valores igualitarios para hacerla legítima ante el pueblo y así será.

Hoy ante ustedes ratifico este juramento. Quiero que vean en mí a un verdadero soldado de la República, a un celoso guardián del Estado de Derecho y a un defensor de los derechos humanos y de la libertad de prensa y de expresión.

El historiador Jorge Basadre afirmaba ya en 1931 que “el Perú debía terminar su proceso de formación histórica. Dentro de él, vinculado más que nunca al continente y a la humanidad, el país debe encontrar su realidad y su solución” Por eso, para buscar y encontrar una solución integradora para ese Perú, para nuestro  Perú “de compartimentos estancos” que describe Basadre, proponemos una Gran Transformación, el inicio de una nueva época, que no es otra cosa que una nueva convivencia entre todos los peruanos.

Nuestra administración será un gobierno para todos.

Las características de este gobierno pueden resumirse en los siguientes términos: reforma, democracia, libertades, inclusión, redistribución, crecimiento, paz con justicia, seguridad, descentralización, transparencia, soberanía y concertación.

Nuestra voluntad no es la de copiar modelos, queremos, como Basadre que el Perú deje de ser el espacio problemático que era y sigue siendo, queremos para ello construir un camino propio, un modelo peruano de crecimiento con estabilidad, democracia e inclusión social. Tomaremos como ejemplo lo bueno de otras experiencias, pero como decía el amauta José Carlos Mariátegui, no habrá calco ni copia sino creación heroica.

El mandato al que hicimos referencia exige responsabilidad en la conservación de los valores sociales, económicos y culturales de lo realizado hasta ahora y que son un patrimonio de todos.

Por esa razón, mantendremos y consolidaremos un crecimiento sano de la economía y sus estándares macroeconómicos; respetaremos las reglas fiscales para afrontar eventuales crisis externas o desastres naturales; la construcción de las obras de infraestructura, grandes y pequeñas; los programas sociales; la promoción del turismo y de la cultura peruana y honraremos los acuerdos comerciales con países y bloques amigos. 

Fomentaremos una economía nacional de mercado abierta al mundo que haga realidad nuestro compromiso de crecimiento con inclusión social y  democracia.

Esto implica que el Estado sirva como promotor no solo del crecimiento, sino también del progreso social. Priorizando educación, salud y nutrición infantil, mejorando las condiciones de trabajo, particularmente los CAS y Servicios No Personales. Invirtiendo en infraestructura, en escuelas, en postas médicas, en Cunas y mejorando el salario básico.

Un Estado que utilice sus recursos para ayudar a regularizar la informalidad, que ofrezca crédito ventajoso para los pequeños y medianos empresarios y que facilite el espíritu emprendedor de los peruanos que desea abrir su negocio y prosperar.

Quiero aprovechar aquí para transmitirles que el Salario Mínimo Vital de los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad privada tendrá un aumento inmediato de 75 soles a partir de agosto y de 75 soles más en 2012, para alcanzar así los 750 soles. Pero estos aumentos deben propiciar un proceso continuo de revalorización del salario básico ligado a la productividad y al crecimiento económico, relacionado con una política global de reducción de la informalidad y de preservación y fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas.

Nuestro desafío es realizar esta gran transformación de manera gradual y persistente para que no se acompañe de presiones desestabilizadoras de nuestros equilibrios presupuestarios y macroeconómicos.

Nuestro ideal de cambio no se concibe sin concertación, sin diálogo político y sin el protagonismo de la gente. Con ese propósito, instalaremos un Consejo Económico y Social, en base al actual Acuerdo Nacional cuyas políticas hemos suscrito. Este Consejo será dirigido desde la Presidencia de la República con el acompañamiento del Presidente del Consejo de Ministros, y estará integrado por empresarios, trabajadores y representantes de la sociedad civil. Se abocará a elaborar estudios para la implementación de políticas públicas del gobierno y tendrá un carácter consultivo.

Hacer de la inclusión social una prioridad exige que el conjunto de los programas sociales sean agrupados y articulados en un Ministerio de Desarrollo y de Inclusión Social, para que el desarrollo pueda llegar efectivamente  a los que más lo necesitan.

El programa JUNTOS será extendido progresivamente hasta alcanzar los 800 distritos más pobres del país.

Los adultos mayores en situación de pobreza y que no reciben ningún beneficio del Estado deben recibir la solidaridad de la nación. Hogares donde a la edad avanzada se conjuga el sufrimiento de la pobreza, exigen una acción social impostergable. A esos hogares haremos llegar los 250 soles del programa PENSIÓN 65. Su implementación será inmediata y alcanzaremos los 800 distritos más pobres del país progresivamente.

El programa Cuna Más para los niños de 0 a 3 años también se aplicará gradualmente y en los 800 distritos de pobreza extrema del Perú, hoy en la base del programa Juntos. El combate a la desnutrición infantil será una prioridad, apoyado en la implementación de un programa de nutrición infantil que comprenderá desayunos y almuerzos en las escuelas.

Haremos los esfuerzos que sean necesarios para que se alcance en todo el sistema educativo la jornada de 8 horas de estudio e incentivar la cultura del deporte y la recreación, potenciando las competencias interescolares en el campo de la cultura y las disciplinas deportivas, como respuesta al alarmante dato que más de un tercio de alumnos en las grandes ciudades del Perú corren riesgo de obesidad.

Iniciaremos el programa ‘Beca 18’, que integrará los programas existentes y que permitirá que los jóvenes de bajos recursos económicos y con alto rendimiento escolar puedan continuar sus estudios de nivel superior en instituciones públicas y/o privadas, en programas universitarios o de técnicos superiores.

Reforzaremos el sistema de acreditación universitaria. Los títulos a nombre de la nación que en algunos casos prácticamente se regalan, tendrán un riguroso procedimiento nacional en salvaguarda de la calidad educativa.


En el ámbito de Salud, fortaleceremos el sistema de salud e instalaremos el Sistema de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) con una experiencia piloto en Lima y tres capitales de departamento y la creación de un Programa de Facilitación de Acceso a Genéricos de Calidad.

Reforzaremos la atención primaria en salud en los distritos más pobres del Perú.

En los próximos 5 años construiremos hospitales en cada una de las 50 capitales de provincia donde aún faltan. Haremos así realidad nuestro compromiso de tener por lo menos un hospital en cada provincia del Perú.

Los campesinos del Perú y, en general los pobres del campo, serán objeto de prioridad. AGROBANCO captará recursos para el otorgamiento de créditos a la agricultura familiar, y estableceremos módulos de desarrollo agrario accesibles a las distintas formas de asociaciones agrarias y de productores.

El Perú establecerá una nueva relación entre el Estado y el mercado, distinta de las fracasadas recetas extremas del Estado intervencionista o del Estado mínimo y excluyente. En esa nueva relación, el Estado será un promotor de la inversión y del desarrollo, garante del ejercicio de los derechos y libertades, impulsor de las oportunidades para todos.

Buena parte de los conflictos del planeta se deben a la carencia de agua. No es posible que el Perú que queremos construir no desarrolle una política de aprovechamiento soberano de los recursos naturales, una política que garantice la explotación racional y equilibrada del agua, la tierra, los bosques, la biodiversidad, el gas y los minerales. Esos recursos de todos los peruanos contribuirán a la eliminación de la pobreza y la desigualdad. Se alentará la actividad privada sobre los recursos naturales, pero estos serán explotados en condiciones de respeto a las poblaciones, a los trabajadores y al medio ambiente.

Asimismo, avanzaremos profundamente en la política de ordenamiento territorial que nos permita establecer de manera participativa el uso racional de nuestro territorio.

Las ganancias extraordinarias de las empresas mineras deben contribuir al esfuerzo nacional en pro del combate contra la pobreza. Los contratos serán respetados y la negociación permitirá, no lo dudo, y repito no lo dudo,  que esta significativa contribución beneficie a todo el país. Mi determinación es muy clara, tengo la voluntad y la convicción para alcanzar este objetivo. En ello va mi palabra y mi compromiso con el pueblo peruano.

El gas del Lote 88 de Camisea, será orientado prioritariamente hacia el consumo interno.

Ejecutaremos una política de masificación del consumo del gas natural para llevarlo a los hogares. En 5 años la ciudad de Lima podría contar con aproximadamente 400.000 conexiones.

Con la garantía de cumplir con la legislación vigente que establece la obligatoriedad del abastecimiento del mercado interno, implementaremos acciones para que se reduzca significativamente el precio del balón de GLP, lo que repercutirá favorablemente en la economía de la mayoría de la población peruana, sin introducir distorsiones en el mercado, ni fomentar el contrabando. Asimismo, masificaremos el uso del GNV como combustible barato y accesible a todos.

Insistiremos en la diversificación de la matriz energética a favor del gas y las energías renovables e impulsaremos el desarrollo de la industria petroquímica. En esa medida fortaleceremos la regulación y el acceso competitivo a las fuentes de energía para el transporte, evitando los sobreprecios.

Promoveremos la construcción de hidroeléctricas, fortaleciendo Electroperú y a las empresas eléctricas estatales regionales, y promoviendo las privadas, en un adecuado balance que otorgue prioridad a la demanda nacional. El Estado evaluará la participación de Electroperú en los nuevos acuerdos de inversión.

Reconstruiremos una verdadera Marina Mercante del Perú para ejecutar lo que dispone la Ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional. Fortaleceremos el SIMA y ENAPU como empresas eficientes y buscaremos que la construcción de más aeropuertos se oriente también hacia el fomento el turismo.

Tomaremos las medidas necesarias para que el Perú tenga su línea aérea de bandera y que el mercado aéreo comercial sea más abierto y de mayor competencia, sobre todo para abaratar y ampliar la comunicación al interior del país.

En el campo de la infraestructura, se proseguirá con la ejecución de obras viales como los proyectos IIRSA Interoceánica del Sur, Interoceánica del Norte, los programas Costa-Sierra y apoyaremos la elaboración y construcción de proyectos ferroviarios.

El gobierno nacional será el principal aliado de los gobiernos regionales y locales. Una de nuestras primeras medidas será la instalación de un mecanismo de relación fluida del gobierno con los presidentes regionales, incluyendo el reconocimiento de la Asamblea de Gobiernos Regionales.

Para la ejecución de las políticas públicas nacionales, el gobierno realizará reuniones descentralizadas buscando el diálogo con las autoridades regionales, alcaldes y representantes de la sociedad. Los compromisos de mutua obligación serán objeto de seguimiento desde el gobierno.

Consolidaremos el proceso del presupuesto participativo. Fomentaremos la vigencia de los Consejos de Concertación Local y Regional ahora debilitados y en algunos casos hostigados, como expresión de un enfoque de gestión compartida.

En el caso concreto de Lima, que ha crecido de forma desordenada y caótica, daremos continuidad a la inversión en transporte público en la ciudad.

Anuncio que, en el plazo de dos meses, se iniciará una nueva etapa en la reconstrucción de los pueblos del sur afectados por el terremoto del año 2007, lo que se realizará con el concurso de los batallones de ingeniería de las FFAA.

El gobierno hace eco de la alerta mundial sobre cambio climático y se compromete a fortalecer la regulación y dedicarse con seriedad a las labores de preservación de nuestra biodiversidad, del recurso hídrico y de los glaciares. Será una prioridad para nosotros la prevención de desastres.

El gobierno siente que uno de los graves problemas que provoca temor y frustración en las personas es el de la inseguridad. Se arrastran en ello 30 años de fracasos y muy pocos éxitos y los que sufren las consecuencias de la violencia del crimen organizado, el narcotráfico y el pandillaje son los más pobres. Queremos cambiar esa historia de ausencia de liderazgo político y la carencia de una política de estado eficaz en esta materia.

Es necesario desterrar la idea de que la inseguridad es un problema exclusivo de la policía. Por eso anuncio que así como el Presidente de la República preside el Consejo de Defensa Nacional, presidiré también un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política de lucha contra la Criminalidad para darle un carácter multisectorial.

Realizando un esfuerzo financiero del Estado, iniciaremos un proceso gradual de eliminación del sistema 1 x 1 en el servicio policial. Incrementaremos los salarios de la policía en el marco de un sistema más amplio que incluya la reforma de remuneraciones de la PNP. Activaremos un Servicio Policial Voluntario, equiparemos y conectaremos a las comisarías a la red digital, estableceremos penales fuera de Lima y de las principales zonas urbanas del país implementaremos el trabajo físico para condenados por graves delitos. Disuadiremos con penas más altas el uso de armas de fuego en la comisión de delitos de cualquier índole. En mi gobierno no habrá perdón para violadores, ni para ningún delito cometido contra un niño o una niña. Combatiremos el feminicidio y propondremos una revisión de la legislación vigente.

Ejecutaremos una política contra las drogas que consolide el modelo peruano de desarrollo alternativo integral y sostenible para convertir a los productores, hoy ilegales, en agentes de una economía legal. No seremos indiferentes frente al incremento alarmante de drogas entre los adolescentes y jóvenes. Respetaremos el debate que en torno a este tema se ha abierto en estos años, dentro y fuera del país, pero nosotros no legalizaremos ninguna droga ni tampoco los cultivos ilícitos y por el contrario los vamos a combatir.

Nuestra política antidroga será soberana y reclamará que se haga realidad la responsabilidad compartida con los países consumidores. Seremos inflexibles en el control de los insumos químicos y el combate a las bandas de narcotraficantes.

Reduciremos la superficie ilegal de sembríos de coca, no permitiremos la extensión de cultivos ilegales, menos aún en parques nacionales y zonas ecológicas. Al mismo tiempo, el Perú podrá tomar la iniciativa de una Cumbre Presidencial Regional Antidrogas con la participación de los países productores y consumidores, a cuyos presidentes he percibido muy preocupados con este tema.

La corrupción es para nosotros un elemento que debilita al Estado y afecta su desarrollo. Es, por lo tanto, un problema de seguridad. En tal sentido, defiendo la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción en agravio del Estado y la  inhabilitación a perpetuidad contra sus autores o cómplices para el ejercicio futuro de cualquier función pública; propongo la supresión de las penas condicionales en las condenas por corrupción para que la prisión se cumpla de manera efectiva; y  defiendo la eliminación de los beneficios penitenciarios en los casos de corrupción.

Debemos poner fin a las secuelas de la violencia terrorista que vivimos y cumplir con las reparaciones individuales y colectivas. Es necesario que las víctimas y deudos rehagan sus vidas personales y familiares, que miren con otros ojos su futuro porque viven en una patria que los incluye y que los reconoce como peruanos.

En cuanto a la Defensa nacional, en primer lugar  queremos recuperar la moral de nuestras Fuerzas Armadas y equiparlas de forma adecuada. Se reformará el sistema remunerativo de las FFAA buscando cerrar la brecha salarial que existe entre los distintos grados. Esto se hará salvaguardando la obligación que tiene el Estado de honrar el pago de pensiones, que es un derecho fundamental consagrado.

Mantendremos la pensión renovable y realizaremos ajustes salariales graduales. Nuestra primera inversión militar será en el soldado. Fortaleceremos el Servicio Militar con incentivos, mejorando el pago a los conscriptos e instalando un Instituto Tecnológico de las FFAA para la enseñanza de especialidades a quienes egresan del Servicio Militar.

Ratifico mi compromiso de desarrollar una política exterior multilateral de cara a nuestra región que tanto ha cambiado en la última década. La integración en el marco de UNASUR y la Comunidad Andina de Naciones será la línea principal de acción.

La solución pacífica de los litigios internacionales es la filosofía que me inspira y particularmente en relación a nuestros diferendos con Chile. Seguros de los fundamentos de nuestra causa que defiendo ardientemente, afirmo que acataremos el fallo del tribunal de La Haya en nuestro reclamo sobre la frontera marítima y estoy convencido que Chile hará lo mismo.

Vivimos en un mundo que cambia día a día y donde emergen nuevos poderes regionales. Las condiciones están dadas para llevar adelante una fructífera integración en la región. No deseamos una economía autárquica, que se mire a sí misma, aislada del proceso de globalización. Queremos, más bien, una economía integrada. Integrada, en primer lugar, con la región y, en especial, con nuestros vecinos andinos y sudamericanos.

Nuestra región es inmensa y rica en recursos pero también en historia y en culturas comunes. Yo les quiero recordar que nuestra independencia fue un proceso regional, donde todos nos hermanamos para lograr nuestra libertad y soberanía. La heroica gesta de nuestros próceres como el general don José de San Martín y el libertador Simón Bolívar, siempre conscientes de la urgencia de la unión de los pueblos de América, fueron los precursores del impulso integrador del presente.”Seguramente, escribía Bolívar, la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”. Este es aún objetivo pendiente para todos los pueblos de América. 

El gobierno se propone reconocer y reivindicar a los 3 millones de peruanos migrantes. Para empezar, mejoraremos la defensa consular de los peruanos en el exterior y rebajaremos el costo de las remesas mediante convenios que realizará el Banco de la Nación. Deseamos que quien desea regresar lo haga y para ello fomentaremos que sea sujeto de crédito.

Los detalles de estas políticas aquí señaladas serán presentadas  por la presidencia de Consejo de Ministros, como corresponde, ante el parlamento.

De la tradición militar que no olvido y llevaré en el corazón hasta la muerte conservo orgulloso la tenacidad, la austeridad y el amor por el Perú y sus intereses. En esa tradición, a diferencia de lo que piensan algunos, se sabe mandar pero también obedecer, hay jerarquía pero también fraternidad, hay disciplina pero también intercambio de opiniones.

Esa tradición se funde con el espíritu generoso del Perú, lejano al odio. No vengo en son de guerra sino en son de paz, sin venganza y sin rencor. Yo, que he sido acusado casi de todo, he aprendido a perdonar hace muchos años, antes incluso de hacer política.

Por eso, a los que aún persisten en el encono les pido que bajen sus espadas y sus lanzas.

A los que demandan salarios y derechos les digo que no bajen sus banderas pero que sepan que todo cambio, para ser sostenible, debe ser gradual y racional.

A mis partidarios les pido consecuencia, lealtad, sacrificio, inteligencia y honradez.

A la oposición la llamo a la responsabilidad. Le pido vigilancia y que, desde su posición, respete también el mandato de las urnas, su mandato y el nuestro.

Al terminar reitero que solo soy un soldado de la democracia.

Hay patria para todos
Viva el Perú!

27 de julio de 2011

ALAN ENTERRÓ AL APRA POPULAR

Suena duro pero es verdad. El mayor legado histórico del segundo gobierno de Alan García ha sido la liquidación del APRA como un partido de izquierda democrática. Un partido que durante buena parte del siglo XX buscó expresar las demandas de justicia social, desarrollo nacional, e integración de los pueblos que bautizo como “indoamericanos”. Conjunto de Ideales por los que lucharon y murieron generaciones de apristas de toda condición social, y que cohesionaron al partido con mística y sentido justiciero y popular. De allí la certeza con la que se afirmaba que el APRA era el único realmente partido existente en el Perú. Un partido, principios, organización, una hermandad, una familia.

La liquidación del APRA histórico no debe verse solamente en el terreno electoral sino también en el doctrinario y de proyecto político. Es verdad que en el terreno de la representación política electoral el partido se ha derrumbado. Tiene una representación minúscula en el parlamento (4 de 130), ningún presidente regional, y no pudo siquiera presentar candidato propio a la presidencia. Es decir los ciudadanos en su inmensa mayoría no quieren que el APRA los represente en casi ninguna instancia del poder político. Un rechazo durísimo sobre todo si se cree que se ha hecho un gobierno exitoso. Sin embargo lo significativo es la cancelación histórica del APRA como un partido comprometido con el cambio y la búsqueda de la justicia.

En efecto, más allá de las promesas y el verbo encendido, el segundo gobierno de Alan García y la dirigencia actual del APRA han girado sin mayor tapujo hacia los intereses de los grupos económicos y el pensamiento conservador, incluyendo el religioso, renunciando a lo liberal en lo político y redistributivo en lo económico y social. La apuesta por las grandes inversiones ha sido prioritaria incluso por encima de derechos adquiridos por las comunidades campesinas e indígenas, ya sea andina o amazónica. La resistencia a cumplir con la consulta previa como demanda la OIT para autorizar proyectos mineros o extractivos son muestra de esto. Lo paradójico que haya sido un gobierno aprista el que considere a la movilización social y las protestas reivindicativas de los pueblos como resultado de intereses extranjeros y antipatriotas, exactamente la misma acusación que fue esgrimida, entre otras, para declararlo un partido ilegal y condenado a la persecución y la clandestinidad.

La transformación del APRA de un partido de izquierda democrática a uno conservador ha sido posible por la falta de renovación doctrinaria y de propuesta política del propio partido, dejando el espacio para que lideres como García puedan con su liderazgo caudillista hacer y deshacer con la complicidad de dirigentes más preocupados por el ascenso y la aceptación social. Basta revisar las páginas sociales de las revistas de modas y varieté para comprobar cómo estos dirigentes son caseritos de exclusivos clubes y restaurantes. U otras páginas menos glamorosas donde los secretarios generales del partido, amén de otros altos dirigentes, aparecen envueltos en faenones o escándalos de corrupción.

Esto es precisamente lo que resienten militantes del partido críticos como el grupo Vanguardia Aprista de Wilbert Bendezú y Jesús Guzmán Gallardo), líderes provincianos que prefieren abandonar el partido para construir sus propios movimientos regionales, u otros que activamente han participado de la campaña en favor de Ollanta Humala (bases del Callao, Lima y La Libertad) como reconoce con valentía el dirigente aprista Luis Salgado en su artículo: “El APRA Popular y Ollanta Humala". Según Salgado la militancia aprista de base votó por el nacionalismo y castigo a la dirigencia “usurpadora” (en sus palabras) debido a que: “las propuestas de política económica y social de Ollanta Humala, las banderas de justicia social, la defensa con dignidad de lo nacional, y la búsqueda de la integración de América Latina por un Estado democrático y popular, sin corrupción, coinciden plenamente y son banderas históricas del aprismo de Haya de la Torre” . ¿Cómo conciliar esta posición con la de la cúpula del partido que en voz de Javier Velásquez Quesquén anunció que votaría por el fujimorismo? Quizás en esta diferencia de opiniones se encuentre la clave para explicar la exigua representación aprista en el parlamento y el voto nacionalista en el otrora “sólido norte”.

Sin embargo lo que mejor explica el abandono de la esencia del APRA es la serie de artículos escritos por el presidente García denominados: “el perro del hortelano”. En efecto, desde los escritos fundacionales de Haya, sobre todo “El Antiimperialismo y el Apra” (1936), hasta elaboraciones más concesivas con el capitalismo como” treinta años de aprismo” (1956), el APRA se ha definido como la expresión doctrinaria y organizativa de los trabajadores manuales e intelectuales. Una identidad y compromiso que se renovaba cada año en las celebraciones del día de la Fraternidad o en otros eventos partidarios.

Los escritos fundacionales tienen un fuerte sentimiento anti-imperialismo generado por el avance de las empresas extranjeras en América Latina y el legado de la revolución Mexicana. También por la defensa y nacionalización de recursos naturales (petróleo y tierras), y por el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, los campesinos o el indio y el pueblo. Ideas fuertemente enraizadas en la identidad aprista y que sirvieron para orientar la acción de los compañeros militantes en sucesivos procesos electorales, intentos revolucionarios, y años de clandestinidad.

Los escritos moderados por su lado surgen después de 1945 cuando el APRA recupera su legalidad y busca integrarse al sistema político. Para ello Haya modera su anti-imperialismo y descubre el lado positivo del capitalismo. De ese año es el famoso discurso de la Plaza San Martín donde afirma que “No deseamos quitar la riqueza a los que la tienen sino crearla para quienes no la tienen" (20 de mayo de 1945). Un discurso que exige lealtad y cohesión al pueblo aprista para mantener la promesa del futuro diferente que resuelva los problemas sociales irresueltos por generaciones. Al respecto uno puede discrepar de las alianzas o coincidencias que el partido realizó incluso con sus propios perseguidores (La llamada convivencia con Odría), pero debe reconocerse su adhesión a los principios de la izquierda democrática.

Esta situación se cancela cuando Alan García desarrolla una gestión de gobierno orientada por la visión del Perro del Hortelano, poner en valor los recursos no utilizados (El Comercio) Una gestión alineada con la creencia que solo la promoción de inversiones sobre determinados recursos naturales (los bosques, la tierra, los minerales y el mar ) desarrollará el Perú,. Para ello se minimiza o desconoce consideraciones ambientales y sociales, y se califica a aquellos que las reclaman como atrasados, ignorantes y manipulables. Una opinión patética de los peruanos de los andes y la amazonia que “no saben lo que tienen o no sabe administrarlo”. En otras palabras verdaderos “perros del hortelano” que no comen ni dejan comer. De acuerdo con este discurso el estado debe renunciar a su rol de garante institucional del funcionamiento de la economía y de los derechos afectados de los ciudadanos. Nada más alejado de la doctrina aprista.

La historia es dura. Alan García, hijo de un militante perseguido y encarcelado por su lealtad a la doctrina partidaria, es el que cancela este legado, produce una derrota electoral inimaginable para un gobierno económicamente exitoso, y opta por convertir al APRA en un partido de derecha conservadora.

24 de julio de 2011

FIESTAS...¿PATRIAS?

Esta semana se dan inicio oficialmente a los festejos patrios, pero desde todo el mes se "vive" el espíritu patriótico en todo el país, pero hay varias cosas que me llaman la atención y que quisiera mencioar ahora:

En primer lugar el uso y abuso indiscriminado de nuestros símbolos patrios por parte de comerciantes, instituciones públicas y privadas que no tiene mejor idea que adornar sus establecimientos con inmensas escarapelas, banderas y escudos que no hacen más que folclorizar la ciudad y servir de "atractivo" para los turistas que no se explican como esa bandera en vez de estar en un asta, esta como alfombra en el suelo o como cortina en una ventana.

En segundo lugar, los famosos desfiles cívicos-militares, por los cuales se obliga a los estudiantes y a a algunos trabajadores del sector público a asistir bajo sanción o descuento si no lo hacen, aún tenemos en nuestro subconsciente los rezagos de la colonialidad que todo lo veía armas y enfrentamiento, de ahí viene el nombre de Plaza de Armas (lugar donde se concentraban las fuerzas militares para dirigirse a algún lugar donde la población se emancipaba contra el yugo español). Es realmente criminal hace desfilar a los niños y jóvenes escolares durante horas y por inmensas avenidas, bajo el inclemente sol y encima escuchar los constantes: ¡Marcha!, ¡Levanten el pie! ¡No se muevan! de los irracionales espectadores a este evento.

En tercer lugar, lo que llamo la hipocrecía patriótica, es decir se alaba, felicita y engrandece a las personas que cantan el himno nacional a voz en cuello, a los que portan orgullosos sus escarapelas en el pecho o que participan activamente en las tareas de esta semana, especialmente en el trabajo, es decir vemos eso y no lo que realmente son, cantan el himno con gran potencia, con la misma que le gritan a sus esposas, esposos, hijos o padres; portan la escarapela en el pecho como portan y se llevan corruptamente dinero de sus trabajos y participan activamente de los festejos como participan del aparato de explotación neoliberal contra la gente humilde. ¿Eso es ser patriota?, ¿eso es el patriotismo?.

El patriotismo se define como el amor a la patria, ¿cómo se demuestra ese amor?, de una única manera, no cantando el himno, no portando escarapelas, eso es tangencial y momentáneo, uno no es patriota solo en julio; el patriotismo se demuestra trabajando por sacar adelante a nuestro país, ¿es tan difícil de comprender y cumplir? No, el problema está en que muchos se hinchan el pecho de peruanidad en julio cuando el resto de año son corruptos, explotadores, malos padres, malos hijos, malas personas. Esa es la hipocrecía patriótica de la que hablo.

Otro sería nuestro país sin en vez de ponernos una escarapela en julio nos pusiésemos a trabajar de enero a diciembre para engrandecer esta hermosa tierra.

21 de julio de 2011

CONCERTAR ES CONSTRUIR DEMOCRACIA

El caso de la Concertación chilena, que unió a dos partidos tradicionalmente adversarios en el objetivo de rescatar la democracia, es un ejemplo aleccionador para los países de la región.

Cuando Humala candidato expresó que le interesaban más las coincidencias programáticas que los parecidos ideológicos, estaba abriendo las puertas a una política de concertación, de llegar al poder. Dijimos, en esa oportunidad, que promover esos encuentros era adecentar la política y convertirla en instrumento de justicia y recuperación social.

Creemos que por ese camino transita gran parte del éxito que deseamos al presidente Humala. Sin concertación es imposible lograr una auténtica reforma del Estado ni un nuevo contrato social. Tampoco transformar el discurso desproporcionado en logros ni definir espacios entre poder y sociedad.

Hay que unir fuerzas si no se pueden crear nuevas, consolidar objetivos, buscar valores que unan, enseñar a nuestros compatriotas que son dueños de la decisión libre de gobernarse a sí mismos. El acercamiento entre las fuerzas representadas por Gana Perú y Perú Posible está perfilando un escenario democrático para el país. Incluso, podría significar el inicio de un frente amplio que fortalezca la gobernabilidad y ponga en agenda lo mejor de cada uno.

No admiten dudas las coincidencias entre colectivos políticos como Gana Perú, Perú Posible, Acción Popular, Somos Perú y Humanistas de Yehude. Nada impide que suscriban un compromiso de trabajo conjunto, de responsabilidad compartida, en nombre de las mayorías postergadas del país.

Concertar fue siempre una demanda nacional que no se respondió como se debía. Hoy día, como nunca, se hace imprescindible y obligatorio implementarla como una salida al cúmulo de problemas que enfrenta el país y que sobrepasan las capacidades de un solo partido.

Las exigencias de diferentes sectores de la sociedad peruana, crean un clima amenazante que puede llevar a la frustración de muchas expectativas.

Se votó por el cambio, por la inclusión social, por la descentralización productiva, por la reforma tributaria, por la estabilidad jurídica, por la honestidad en la información. Todo ello entraña la redacción de un nuevo contrato social.

“La sociedad –decía Toynbee– es un medio de comunicación a través del cual los individuos actúan los unos sobre los otros”.

Es, por tanto, de justicia elemental no sacrificar los derechos individuales en nombre de una transformación de las estructuras de la propia sociedad. Debe venir la reforma con respeto a los derechos humanos. Se debe identificar un antes y un después en el proceso político que se inicia con el nuevo gobierno, para poder salir del círculo de crecimiento con concentración de riqueza y con sociedad pauperizada.

Concertar permite, entre otros, colaborar en definir eficazmente las metas de mediano y largo plazo hacia las cuales se debe encaminar la nación. Trabajar por un objetivo común, organizar la sociedad y, como decía Malraux, “transformar el destino en conciencia”.

Todo esto, como condiciones necesarias para llegar a una edad madura de la democracia.

10 de julio de 2011

SENTIR MACHU PICCHU

Me parece estupendo que estemos celebrando los 100 años del ‘descubrimiento’ de Machu Picchu por Hiram Bingham porque eso contribuye a enfatizar nuestra sensibilidad por el mundo andino, al cual debemos valorar como fuente esencial de nuestra identidad nacional.

Sin embargo, sería mucho más justo precisar que ese ‘descubrimiento’ nunca fue tal por varias razones. La primera es que la ‘montaña vieja’ (como se dice en quechua) que alberga el complejo lítico nunca se perdió, sino que se hizo paradójicamente invisible para los peruanos, salvo en las poblaciones aledañas.

Múltiples testimonios demuestran que la zona estaba incluida en la encomienda española de Ollantaytambo. También es probable que sus instalaciones fueran transitadas por los últimos incas de Vilcabamba, es decir los cuatro sucesores de Atahualpa que primero negociaron con los conquistadores en 1536 y luego se les enfrentaron en heroicas jornadas hasta su derrota final en 1572.

Parece, además, imposible que los primeros europeos que llegaron al Cusco desconocieran la magnitud del legado mítico de Pachacútec. Lo que ocurrió es que toda la zona –una suerte de enclave y paso entre los Andes y la selva amazónica– perdió interés para la economía colonial y pasó de ser punto neurálgico del gobierno inca a simple ubicación periférica, largamente olvidada por un colectivo nacional mestizo mucho más afecto al eurocentrismo y la entropía costeña.

Luego, está ya ampliamente demostrado que cuando Bingham llega a la quebrada de Picchu encuentra a familias de campesinos que incluso utilizaban algunos ductos y andenes ancestrales. Y, como precisa el profesor cusqueño Américo Rivas Tapia, en julio de 1902 el peruano Agustín Lizárraga ya había explorado la ciudadela mágica e incluso el entonces prefecto de Abancay contribuyó a facilitar el estudio de unas ruinas que la población lugareña no desconocía.

El mérito de Bingham entre 1911 y 1915 fue dirigir trabajos arqueológicos que permitieron la puesta en valor de Machu Picchu. Ese valor consiste en que, a partir de la primera publicación aparecida en “National Geographic” en 1913 (y que después se enriquecería con las fotos realizadas por Martín Chambi entre 1924 y 1928), el mundo empieza a tomar conciencia de una maravilla cultural que sorprende incluso a los propios peruanos, quienes terminarían convirtiéndola en un símbolo nacional.

Además, el ‘descubrimiento’ científico de Machu Picchu tuvo el tremendo valor político de constituirse en eje del debate indigenista en un país donde los mestizos peruanos seguían fascinados con los patrones de la civilización occidental, despreciando sus propias raíces nacionales. Más aun, la progresiva restauración del complejo arqueológico no solo permitió reconstruir fragmentos de un pasado grandioso, sino que alentó la ola nacionalista que creció entre la década de 1950 y el crítico año de 1968, cuando el militarismo manipuló los símbolos incaicos para propagandizar su ideología socializante.

Las celebraciones por Machu Picchu deben tener, entonces, un significado mayor a la simple celebración economicista por lo que representa para el turismo. Lo que somos actualmente como nación es consecuencia de una evolución de culturas y etapas que comenzaron en Caral y Chavín y llegaron, sin adecuada articulación, al punto culminante del Imperio Incaico.

La Colonia fue enriquecedora y apabullante, pero no pudo borrar ni eclipsar ese complicado legado prehispánico que, a cada momento, reaparece bajo la forma no solo del folclor, sino también de dolorosas realidades como la que estos días vive el pueblo aimara en Puno.

Por tanto, en el imaginario nacional Machu Picchu debe ser muchísimo más que la admiración por ese conjunto de enormes piedras maravillosamente ensambladas. Tiene que ser el símbolo de nuestra pluralidad étnica y nuestra multiculturalidad, lo cual a su vez debe entenderse como fuente de identidad y autenticidad nacional.

Identidad, porque simbólicamente marca la sólida relación con nuestro territorio, nuestra historia y nuestra realidad milenaria. Autenticidad, porque como peruanos debemos entendernos como consecuencia única (similar pero diferente de otras naciones) de la yuxtaposición espiritual y material de lo que vino de la Europa cristiana con todo lo prehispánico que se encontraba en esta parte del mundo.

La “alta ciudad de piedras escalares” a la que cantó Neruda debe fortalecer el orgullo de ser peruanos, identificándonos cada vez más con esa patria a la que debemos amar, honrar y defender, y a la que urge enriquecer integrando siempre a quienes –siendo diferentes cada quien en su sangre y su circunstancia individual– nos une el destino histórico del Perú.

7 de julio de 2011

UN MES SIN TI....

Se que está en algún lugar mejor
Donde no hay abuso, fuera de este mundo
Quiero encontrar el medio para yo
Poder hablar con ella, poder decirle a ella que

Aquí todo está peor, que al igual que ella,
mi voluntad también murió
Le quiero platicar que todo sale mal,
que yo la alcanzaría teniendo la oportunidad

Se que ella se siente mejor
Allá no hay suplicio, sería muy impulsivo
El utilizar un medio y llegar
A lo desconocido, sentirla a lado mío y

Decir que todo está peor, que al igual que ella,
mi esperanza se murió
La quiero abrazar, que todo sea igual
Mi vida ya es tan gris que el dolor jamás se marchará

Me debería de acordar, debo yo recordar,
y sentirse mejor es mejor no creer en el amor,
así como le hago yo

La debería de odiar por dejarme aquí, pero ella no escogió
Soy un simple amante loco, yo he aprendido mi lección

Se que está en algún lugar mejor
Donde no hay abuso, fuera de este mundo
Quiero encontrar el medio para yo
Poder hablar con ella, poder decirle a ella que

Aquí todo está peor, que al igual que ella,
mi voluntad también murió
La quiero saludar, a su oído suspirar que mientras
yo la extraño, mi vida desvanece más

6 de julio de 2011

SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

"Sociología especial que investiga la influencia recíproca entre procesos educativos y formadores de la personalidad, por un lado, y estructuras sociales, económicas y culturales, por otro". Los principales conceptos de trabajo son educación y formación. la educación se entiende como sucesión de intervenciones que tienden a un fin en el desarrollo de la personalidad de una persona. la formación hace referencia al proceso de autodesarrollo y autodeterminación de una persona en relación con el mundo económico, cultural y social.

La sociología de la educación sólo pudo desarrollarse como parte importante de la sociología en el momento en que, con el transcurso de la industrialización, las tareas de educación y formación, llevadas a cabo antes por numerosos sectores de la vida cotidiana, se centralizaron e institucionalizaron. Sólo la creación y la posterior expansión de la enseñanza pública puso de actualidad los problemas que presenta la mutua influencia entre educación y sociedad. Con el conocimiento de que los procesos educativos institucionalizados y formalizados están configurados en gran medida por las pertinentes acciones y actuaciones sobre la familia, la política, el derecho, la religión, la empresa y otros grupos, organziaciones y ámbitos de la sociedad, las fronteras entre sociología de la educación y sociología de la familia, de la juventud, del empleo o de los grupos, así como entre pedagogía, psicología y teoría de la socialización, se han hecho cada vez más permeables.

Los objetos centrales de las investigaciones en sociología de la educación en la época que siguió a la Segunda Guerra Mundial eran: a) la relación entre normas educativas e intereses sociales, económicos e ideológicos; b) la influencia de contenidos, técnicas y métodos educativos sobre el desarrollo de la personalidad humana; c) los efectos de la organización del sistema educativo sobre las cualificaciones de las nuevas generaciones de la sociedad y, por tanto, también sobre su estructura social y laboral y sus transformaciones; d) las consecuencias de la cualificación mediante la formación en el ascenso y el descenso individual y colectivo en la estructura social; e) la dependencia del desarrollo de las dotes y de la inteligencia, así como del rendimiento en el aprendizaje y de la motivación a aprender, respecto de la posición social de la familia de procedencia y de otras influencias de grupos y de conductas sociales; y f) la posibilidad de controlar los procesos institucionales de formación mediante medidas estatales del planificación y reforma educativa, que intenten adaptar la eficacia en la enseñanza a las necesidades económicas y políticas.

Las orientaciones teóricas de la sociología de la educación se pueden dividir en: a) teorías de rol e interacción, que analizan las relaciones entre profesores, alumnos, padres, representantes de la burocracia escolar, economía, Iglesia, asociaciones, etc.; b) teorías de la institución y de la organización, que investigan la disposición estructural de las instituciones escolares y su carácter específico de "organizaciones de servicios de transformación de las personas" y c) teorías socioestructurales, que estudian las relaciones entre la enseñanza, por un lado, y el resto de sistemas sociales parciales de la economía, la política, la administración, el control social, la religión, higiene, beneficencia, ciencia e información.

Para quienes deseen ampliar sus conocimientos sobre esta rama de la Sociología General, se recomienda la lectura de los siguientes textos:
  1. "Educación y poder" de M. W. Apple.
  2. "Pedagogía, control simbólico e identidad: teoría, investigación y crítica" de B. B. Bernstein.
  3. "Sociología de la educación: una aproximación crítica a las corrientes contemporáneas" de X. Bonal.
  4. "La cara oculta de la escuela: educación y trabajo en el capitalismo" de M. Enguita.
  5. "Sociología de la educación" de A. Moncada.
  6. "Sociología de la Educación" de F. de Azevedo.
  7. "La educación moral" de E. Durkheim.
Karl-Heinz Hillmann: "Diccionario enciclopédico de sociología.

1 de julio de 2011

ENTREVISTA A GUSTAVO GUTIÉRREZ

Fundador de la Teología de la Liberación, para el padre Gutiérrez la pobreza es una injusticia que debe ser erradicada. Considera que, en ese sentido, hay mucho camino por recorrer.

En las últimas semanas, el padre Gutiérrez visitó la Católica para participar en el congreso internacional “Arguedas: la dinámica de los encuentros culturales” y la inauguración del auditorio que ahora lleva su nombre, en la Facultad de Ciencias Sociales. Entre una y otra actividad, se dio unos minutos para conversar con nosotros. “Una vez más en la Católica, padre”, lo saludo. “Vengo a menudo. Tengo varias cosas en la Católica, siempre”.

Arguedas fue uno de los pioneros en retratar las grandes fragmentaciones que tiene, todavía, el país: los conflictos de raza, de clase y de maneras de ver el mundo.

Eso es algo muy propio de él; Arguedas siempre ha buscado representar la totalidad del país, una totalidad conflictiva, pero de posibilidades. Ese es su gran mensaje. Él describe y reivindica, y plantea también problemas de fondo. Creo que es la razón de su vigencia: esos problemas de fondo continúan; revisten formas distintas, pero están ahí. Pero Arguedas plantea posibilidades. A mí me gusta mucho la literatura. Los científicos sociales necesitan mucha literatura.

¿Cuáles son estas posibilidades?

La riqueza cultural del país, por ejemplo. Esta, a veces, no es comprendida. Él peleó, precisamente, porque se comprenda mejor la cultura del mundo andino. Reivindica esos valores y también la riqueza natural del país.

Las diferencias culturales que Arguedas trata de revalorizar son valoradas actualmente solo superficialmente. En el último proceso electoral, por ejemplo, se notó una fragmentación del país, una descompresión absoluta. Diría, incluso, una especie de desprecio por los pobres, las personas con bajos niveles de educación, la cultura andina…
Eso prueba precisamente que las cuestiones de fondo permanecen. Yo no frecuento las redes sociales, pero parece que era un desborde de racismo y desprecio. Eso muestra que esas fragmentaciones permanecen, pero esto no quiere decir que no haya logros. Hay personas que reaccionan contra eso. Arguedas ha motivado mucho a que las personas no acepten una cosa así. Son procesos largos. Un momento, una persona o un autor no pueden cambiar un problema que viene de siglos, pero ahí está su testimonio.

¿Cree que se ha avanzado en cuanto a integración y respeto en el país?
Depende. Estas cosas son complejas. Si uno piensa en el ideal, realmente se ha avanzado muy poco; pero si uno compara con realidades anteriores, yo diría que sí, que hay avances, aunque claramente insuficientes. Pero, de todas maneras, el hecho de que usted me pregunte sobre eso quiere decir que hay algo que cambia. Hace cuarenta años no preguntaban sobre eso. No quiero presentar un optimismo superficial, estoy convencido de que estos problemas básicos continúan.

Uno de los grandes temas que marcó la división en el último proceso electoral fue el tema económico. Había un sector que quería mantener un modelo y otro que reclamaba un cambio.

Hay un olvido de otros aspectos tan importantes como el económico: el desprecio por una cultura, el racismo, la desigualdad. La desigualdad es impresionante. Esta tiene, claro, un factor económico capital, pero no es el único. La desigualdad está ligada a otras cosas. Las personas que no quieren cambiar el modelo económico lo simplifican todo; creen que solo con inversiones cambiará la cosa, con el famoso chorreo. Pero en este país, contra las leyes de la gravedad de Newton, el chorreo va para arriba, no desciende. Creo que decir que no se debe cambiar el modelo económico es tener una visión minúscula de la realidad peruana. Si lo que quieren decir es que lo económico es importante, y que eso hace crecer y da trabajo, está bien; pero eso no es desarrollo humano, es desarrollo económico, del cual una inmensa parte de la población no participa.

Se dice que el país crece, pero ¿dónde quedan los pobres?

Ese es uno de los grandes dramas del país. Yo creo que hay un olvido, ligado al menosprecio, de las necesidades humanas básicas de una proporción muy alta del país. Cuando se dice que disminuye la pobreza, se habla de la puramente la económica y estadística. Para mí la pobreza es mucho más global: es el menosprecio, la inferioridad. La desigualdad es una de las notas más graves de la pobreza, y esa está muy presente en el país.

Si no se requiere únicamente de crecimiento económico, estamos hablando de desarrollo humano. ¿Cómo lo entiende?
Respeto a la persona. Arguedas tenía una manera de decir eso: que nos traten como semejantes. Semejante significa igual. Usted conoce esa expresión mexicana que ya ha entrado un poco acá: “Igualado”. Es decir, alguien que pretende ser igual, pero que no lo es porque yo pertenezco a otro nivel social, cultural o económico. A mí me parece que el desarrollo humano tiene que tomar todas esas otras perspectivas —el respeto de ideas, la libertad de expresión. Quienes simplifican la situación del país a una cuestión puramente de crecimiento económico tienen una visión muy estrecha. Lo que van a lograr es que no avance en lo que realmente importa, que es el desarrollo humano.

Siempre me ha preocupado esta visión en la cual los pobres son una presencia ineludible, que siempre van a estar ahí. La postura que se toma en el país para aliviar su situación es, básicamente, el asistencialismo. No se hace un verdadero esfuerzo por incorporar a los pobres a una sociedad que va creciendo y de la cual ellos quedan fuera.

Toda persona debe ser gestora de su destino. La ayuda inmediata a una persona puede ser necesaria en urgencias o para promover una mayor conciencia de sus necesidades, pero eso es engañoso. Para muchos, la pobreza es un hecho que no se puede cambiar, es algo así como una fatalidad. Bueno, eso no es cierto. La pobreza es resultado de manos humanas; si la hicimos, podemos deshacerla.

¿La Iglesia debería asumir un papel más importante en las políticas Estado?

No sé si en las políticas de Estado. En la doctrina social de la Iglesia, hay exigencias muy grandes con respecto a la igualdad, a lo familiar, al derecho a expresarse. Si con “políticas de Estado” quiere decir “valores que deben estar presentes”, estoy de acuerdo. Pero no le toca a la Iglesia proponer en forma concreta tal o cual camino o tal o cual candidato. La Iglesia, sobre todo en los últimos años, ha tomado una actitud de mayor participación contra la injusticia, y la pobreza es una injusticia.

En este momento, vinieron a buscarlo. El padre Gutiérrez iba ser comentarista en la presentación del libro: Del “Perú hirviente” a la “cultura chicha” en el medio urbano limeño, de Enrique Camacho, una de las actividades programadas como parte del congreso internacional sobre Arguedas. “No alcanzamos a conversar sobre la próxima inauguración del auditorio que llevará su nombre”, le comento. “Es una gracia que me han hecho. Las gracias nunca se merecen, se agradecen”, responde.

Entrevista: Rosario Yori

TALLER DE INVESTIGACIÓN II

Este año académico 2011, se me ha encargado, junto con el colega Ariosto Carita, el dictado del curso Taller de Investigación II (Elaboración del Diseño de Investigación), para lo cual les dejo con una parte muy resumida del sílabo:
 
OBJETIVOS DEL CURSO
Los estudiantes conocen y utilizan métodos y técnicas de investigación social en la elaboración de un proyecto de investigación.
Los estudiantes desarrollan y sustentan un informe de investigación acerca de un aspecto de la realidad local y/o regional.
 
CONTENIDO TEMÁTICO
CAPÍTULO I: Diseño del proyecto de investigación
CAPÍTULO II: Acopio de datos
CAPÍTULO III: Procesamiento, análisis y redacción del informe de investigación
 
BIBLIOGRAFÍA
BERRIOS, MARIO INVESTIGACIÓN EN SOCIOLOGÍA
CARITA, ARIOSTO MANUAL DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN CIENCIAS SOCIALES
DIETERICH, HEINZ NUEVA GUÍA PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
HERNÁNDEZ, ROBERTO Y OTROS METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
MENDEZ, IGNACIO Y OTROS EL PROTOCOLO
VALDERRAMA, SANTIAGO PASOS PARA ELABORAR PROYECTOS Y TESIS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
 
METODOLOGÍA
  • Exposición magistral de los docentes
  • Trabajos prácticos entregados en las fechas establecidas
  • Trabajo de campo
  • Participación activa en el taller