25 de mayo de 2013

MICHEL CROZIER, PADRE DE LA SOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES

El sociólogo Michel Crozier, padre de la sociología de las organizaciones en Francia en los años 1960, falleció el viernes a los 90 años, anunció la revista de Ciencias Humanas en su página internet.

Crozier, considerado como un "reformista", lamentaba la influencia que alcanzó Pierre Bourdieu y otros sociólogos "contestatarios" con el público y la prensa.

Michel Crozier nació en la región de Marne (este de París) en 1922. Se graduó en una escuela de comercio y se diplomó en derecho. Comenzó luego a estudiar el funcionamiento de la burocracia y los engranajes de las organizaciones (sindicatos, administraciones, empresas privadas, etc.) a los que dedicó numerosos libros.

En 1964, dos años después de fundar en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) el Centro de Sociología de las Organizaciones (CSO, que aún existe), Crozier publicó "El fenómeno burocrático" en el que descifra las relaciones de poder y otros mecanismos en dos organismos públicos franceses, la Agencia parisina de cheques postales y Seita, empresa pública que controlaba el cultivo, la fabricación y la venta del tabaco en Francia.

En 1971 publicó "La sociedad bloqueada", en donde exploró los orígenes de la crisis de mayo de 1968 que relacionaba a la rigidez no tanto de la sociedad francesa sino más bien del Estado y su sistema burocrático.

Este análisis lo continuó en "No se cambia una sociedad por decreto" publicado en 1979.

Pero su libro más conocido a nivel internacional fue "El Actor y el Sistema" ("L'acteur et le système", 1977), libro coescrito con Erhard Friedberg. Crozier da una base teórica a sus primeros análisis de las relaciones entre las organizaciones y los individuos que las componen, y las estrategias de decisión que se desprenden.

Esta obra, un clásico de la sociología, es la fundadora del "análisis estratégico" al que quedó para siempre asociado el nombre de Michel Crozier.

El sociólogo continuó luego con su crítica al conservadurismo y al inmovilismo de la administración francesa con "Estado moderno, Estado modesto" (1986) y "La crisis de la inteligencia" (1995) en donde denuncia el rol de la tecnocracia y de las elites.

En los años 2000, Crozier se dedicó a la escritura de sus memorias ("Mi bella época", publicado en 2002 y "A contracorriente" de 2004) en donde evocaba su trayectoria intelectual y profesional, hasta su ingreso a la Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1999.

FUENTE: Terra

24 de mayo de 2013

GUÍA DE PRÁCTICAS: ANÁLISIS CUANTITATIVO EN CIENCIAS SOCIALES

Cuando uno se decide por estudiar una carrera de letras, como Sociología, inmediatamente piensa en olvidarse de los números, las fórmulas y las ecuaciones que tanto nos han atormentado durante la etapa escolar; y es que mucho de ese miedo a la matemática se los debemos a nuestros profesores de primaria y secundaria y que no nos enseñaron la verdadera utilidad para nuestra vida diaria de dichas fórmulas y ecuaciones.

Pero ya en el nivel superior la situación debe cambiar; la asignatura de Análisis Cuantitativo en Ciencias Sociales no tiene por objetivo que el estudiante aprenda de memoria fórmulas que seguramente solo las evocará el día de un examen, el objetivo central es que el estudiante sepa diferenciar el uso que cada una de las fórmulas tienen para diversos fines; en otras palabras, saber qué instrumento estadístico es el más adecuado para los análisis que esté realizando.

No se pretende por tanto un aprendizaje memorístico de fórmulas y ecuaciones, por el contrario, en el desarrollo de las prácticas se les facilitara las mismas con las formulas respectivas, de tal manera que el estudiante no pierda tiempo aprendiendo fórmulas, sino aprendiendo a analizar la situación problemática que se le presenta y sepa el cálculo que puede realizar y que potenciará de manera significativa su resultado.

La estadística es uno de los instrumentos en la cual los sociólogos nos hemos apoyado desde el inicio de la profesión como ciencia, en el siglo XVIII, los padres fundadores de la sociología creían que mientras más se parezca esta nueva ciencia a las ciencias naturales, mayor valor científico podría tener y sería mucha más rápidamente aceptada por la comunidad científica de esos tiempos, prueba de ello fue el primer nombre con el que el padre de la Sociología, Auguste Comte, la bautiza: física social. Muchos de sus seguidores y discípulos mejoraron sus propuestas y desarrollaron sus investigaciones apoyados en datos numéricos. Hoy en día, dentro del campo de investigación social, el desarrollo de la metodología de investigación cuantitativa requiere de adecuadas decisiones para que sus resultados sean válidos para la población y para que sus inferencias expliquen los problemas que afectan a la mayor parte de la sociedad.

El campo laboral de la investigación, planificación social y elaboración de proyectos socio económicos es mucho mayor hoy en día para los científicos sociales preparados y capacitados en las técnicas e instrumentos de análisis cuantitativos que, de manera insuficiente se desarrolla en el pregrado, respondan a las expectativas de la población y más ahora que de los resultados que podamos inferir de nuestras investigaciones dependerá el desarrollo e inclusión social.

En la presente guía de prácticas de Análisis Cuantitativo en Ciencias Sociales se desarrolla una pequeña introducción, seguida por la justificación o exposición de motivos, los objetivos y la metodología con la cual se pretende ayudar a los estudiantes a un mayor aprendizaje del análisis cuantitativo, especialmente en Sociología. 

Deseo expresar mi profundo agradecimiento a María del Pilar Guillén Núñez y a Marcos Obando Aguirre por su constante apoyo y por sus valiosas enseñanzas en este campo de la Sociología, primero como profesores y ahora como colegas.

Finalizo puntualizando que esta es una pequeña ayuda para los estudiantes de Ciencias Sociales, está en ellos la profundización de sus conocimientos con el único objetivo de ser mejores profesionales para servir mejor a la sociedad

21 de mayo de 2013

¿PÚBLICO O PRIVADO?

Esta semana el debate público ha sido copado no por las acusaciones (casi tradicionales) de corrupción contra el gobierno de Alan García, o ahora contra Alejandro Toledo; sino que el centro de la atención ha sido la promulgación de la denominada "Ley de la comida chatarra"; por la cual en los centros educativos públicos de obliga a los vendedores a ofrecer alimentos sanos y nutritivos, en contraposición a los clásicos alimentos "chatarra" (gaseosas, chocolates, golosinas, etc.). Muchos, ahora, defensores de la libertad de elección han salido a querer imponer su voz de protesta, reclamando que se "está reduciendo y eliminando la libertad de las personas a consumir lo que quieran", que "esa es labor de los padres y no del Estado", que "se están metiendo con el mundo privado de las personas". Desde el punto de vista del análisis de políticas públicas este es un buen ejemplo para reflexionar.

Pero, ¿qué es una política pública? Existen variedad de definiciones pero la más difundida dentro de la Ciencia Política es aquella enunciada por Subirats: "una serie de decisiones o de acciones, intencionalmente coherentes, tomadas por diferentes actores, públicos y a veces no públicos a fin de resolver de manera puntual un problema políticamente definido como colectivo. Este conjunto de acciones y decisiones da lugar a actos formales, con un grado de obligatoriedad variable, tendientes a modificar la conducta de grupos sociales que, se supone, originaron el problema colectivo a resolver, en el interés de grupos sociales que padecen los efectos negativos del problema en cuestión" (Subirats, 2008).

Esta definición, si bien extensa, nos proporciona los elementos esenciales para un análisis de la denominada "Ley de comida chatarra". En primer lugar, hay un problema público, y su carácter de público nace del hecho de que afecta a una considerable número de habitantes: hoy en día la malnutrición y la obesidad mórbida se han convertido en problemas tan importantes como la seguridad ciudadana o el narcotráfico; pero, ¿quién define qué es un problema público y qué es un problema privado (no público)? La propia definición nos da la respuesta: Diferentes actores (públicos y privados) siempre bajo la mirada atenta del Estado y sus instituciones. Recordemos que si bien es cierto la ley fue promulgada por el presidente, como manda la constitución, fue propuesta, elaborada y aprobada por el Congreso de la República, punto que muchos opositores del actual gobierno olvidan con rapidez.

La segunda parte del análisis y de la definición tiene que ver con el sentido de la política pública en cuestión, y responde a la interrogante ¿Para qué? Pues bien como dice líneas arriba para modificar la conducta de los grupos sociales que originaron el problema, entonces dentro de la clasificación de políticas públicas, que plantea Lowi, esta sería una política regulativa. (Lowi, 1964). Recordemos que el problema no es la venta de este tipo de comida, el problema o los problemas son las enfermedades que el consumo excesivo de dichos alimentos genera en la población: obesidad mórbida, diabetes, hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, etc. El Estado no hace más que prevenir que más gente sufra dichos males y por consiguiente evitar un mayor gasto en atención médica en el futuro, dinero que se podría invertir en educación, seguridad, etc.

Finalmente, muchos se preguntan: ¿el estado puede hacer eso?. La respuesta está en la misma definición del Estado: si; ya que es el estado la única institución que ejerce ese poder de coerción (obligatoriedad) sobre la población  Acaso nadie se acuerda que antes de la regulación y endurecimiento de las leyes de tránsito, casi nadie manejaba con cinturón de seguridad? La escuela es parte del sector público y por tanto es obligación del Estado no solo educar en conocimientos, sino en hábitos de vida saludables; nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán. Pues bien, los resultados de esta política no se verán ahora ya que es debe trascender su propia esencia y no ser una política de gobierno, sino una política de Estado. 

16 de mayo de 2013

EL CONSENSO DE LIMA

La reacción limeña ante la noticia de que el gobierno evaluaba la posibilidad de comprar Repsol fue impresionante. No solo generó oposición sino histeria. Una multitud de políticos y opinólogos salió a decirnos que Ollanta Humala –contra toda lógica– se había vuelto chavista. Insistieron en que Humala (¡por fin!) se había quitado el disfraz, y que iba a abandonar el camino moderado por el estatismo y una probable dictadura. Alan García habló de una “maniobra chavista”. El presidente de CONFIEP pronosticó el “comienzo de la transformación del Perú con un estado avasallador, prepotente, autoritario, como en Cuba”. Hasta algunos columnistas que mantuvieron la calma durante la histeria de 2011 la perdieron en el caso Repsol, preguntándose qué pasaría si “Ollanta Humala decida ser, realmente, Ollanta Humala” y especulando sobre la posibilidad de un autogolpe. 

La rabieta colectiva funcionó. La propuesta de Humala quedó enterrada. Como escribió Francisco Durand, “Hace tiempo que no veía una demostración de fuerza tan brutal”.

¿De dónde surgen estas rabietas colectivas? No creo que sean orquestadas por los medios o algunos empresarios. Son bastante espontáneas. Pueden ser iniciadas por un puñado de empresarios y periodistas, pero tienen eco en una gran parte de la sociedad limeña. 

El Consenso de Washington perdió fuerza en América Latina en los años 2000, pero persiste un Consenso de Lima –y es más fuerte que nunca–. Una gran parte de la élite limeña adhiere –y fervorosamente– a un modelo económico ultraliberal. Existe un nivel de fundamentalismo neoliberal que no se ve en otras partes. Hasta en las economías más liberales de la región (Chile, Colombia, Costa Rica, Uruguay) se debaten medidas de intervención estatal (promoción industrial, regulación de capitales extranjeros, políticas redistributivas) que son una herejía en Lima. Esta alergia a la intervención estatal no se limita a la derecha: se extiende al centro y hasta al centro-izquierda (¡la mayoría de los columnistas de La República se opusieron a la compra de Repsol!). Y no se limita a la élite: el Consenso de Lima abarca casi toda la clase media limeña y una parte significativa de los sectores populares. Como escribe Carlos Meléndez, la amplitud del consenso probablemente se debe a la profunda crisis del estado (y del estatismo) de los 1980 –y la extraordinaria resurrección económica (bajo el modelo liberal) de los 2000.

El Consenso de Lima es potente. Ejerce casi un poder de veto sobre la política económica. Desde la caída de Fujimori, ningún gobierno ha desafiado al Consenso de Lima o intentado gobernar contra ello. Alan García se olvidó por completo de su pasado social demócrata y abrazó la ortodoxia conservadora con fervor. Nada de Lula o Bachelet: gobernó con las políticas económicas de Pinochet. Humala, derrotado por el Consenso de Lima en 2006 y muy golpeado por ello en la primera vuelta de 2011, se adaptó también. Cuando quiso formar un gabinete de centro o centro-izquierda (mayoritariamente ex toledista), chocó con el Consenso de Lima y terminó optando por un gabinete compuesto por gente que había votado por Keiko. Durante dos años, cada indicio de un paso heterodoxo ha provocado una reacción histérica de parte de la élite política, económica, y mediática. Como escribe Carlos Meléndez, Humala ha quedado “atrapado por el piloto automático instalado en la década de 1990…Existen tantos poderes de veto pro sistema, que cualquier desvío gubernamental es rectificado, con roche público o sin él.”

Para la derecha económica, el Consenso de Lima es el “garante” más efectivo de la continuidad –más efectivo que la Constitución de 1993, los poderes legislativos y judiciales, y Vargas Llosa–. Pero tiene costos también, sobre todo en términos de la representación democrática. El Consenso de Lima no representa una mayoría del electorado peruano. De hecho, en las últimas tres elecciones, los candidatos que mejor representaban el Consenso de Lima (Flores en 2001 y 2006 y PPK en 2011) ni siquiera llegaron a la segunda vuelta. Los que ganaron –Toledo, García, y Humala– lo hicieron con un programa de centro o centro-izquierda que prometía un cambio moderado. Sin embargo, por no chocar con el Consenso de Lima, los tres giraron a la derecha, optando por más continuidad y menos cambio. 

¿Está mal eso? En términos democráticos, sí. Los que critican a Humala por “traicionar” su programa cuando habla de un “equilibrio” entre el estado y el mercado confunden (o quieren confundir) el programa de Humala con el programa de PPK. El centro liberal fue una pieza clave en la coalición humalista en la segunda vuelta, pero no fue la única. Más grande fue el sector que estuvo con Humala desde la primera vuelta: los casi cinco millones de peruanos que votaron por la Gran Transformación. Como presidente, Humala ha buscado el equilibrio entre los dos socios de su coalición. Pero a veces el Consenso de Lima no lo permite. Muchas veces, cuando Humala hace un esfuerzo para representar su base original, genera una rabieta colectiva en Lima y el gobierno retrocede. Los liberales económicos festejan, ¿pero qué nos queda de la representación democrática?

No existe un Consenso de Perú. Fuera de Lima, hay más escepticismo sobre el modelo económico. El electorado es menos liberal y más estatista. ¿Qué pasará si el Consenso de Lima se impone demasiado –si, como un niño malcriado, la élite limeña no está dispuesta a ceder en nada, y sigue exigiendo que Humala se adhiera al programa de PPK–? Si crece la percepción de que una minoría limeña está minando la voluntad popular expresada en las urnas (ganó Humala, no PPK), ¿podría surgir un “Consenso anti-Lima” en el interior? 

Nota aparte: El caso Repsol también demuestra la fragilidad de la Coalición Paniagüista. Cuando se trata de tocar el modelo económico, la Coalición Paniagüista se deshace como un merengue limeño en la boca (y el único paniagüista que queda es un solitario politólogo de Harvard). Como han señalado varios de mis críticos, la Coalición Paniagüista es hija del Consenso de Lima. Depende de ello. Solo funciona mientras no se toca el modelo.

Por: Steven Levitsky

12 de mayo de 2013

EN CAMINO

Hoy, segundo domingo de mayo, en varias partes del mundo se celebra el día de la madre. El día transcurrió como todos los segundo domingos de mayo, saludando y felicitando a las madres de mi familia. Tengo que agradecer a la vida que me crié con 4 maravillosas mujeres: mi abuela materna, Rosa, mis tías Violeta y Teresa y mi mamá Rosa. La primera me atendió, cuidó y amó desde niño, cuando me quedaba con ella en casa (ya que me mamá tenía, como muchas, que salir a trabajar), aún recuerdo cuando hacía alguna travesura, ya de 6 o 7 años, y "huía" del castigo de mi mamá, me iba a hacer el dormido en la cama de mi abuela para que no me castiguen, y ella le decía: "Está durmiendo". En la última, triste y dolorosa etapa de su vida, se invirtieron los papeles y me tocó a mí cuidarla, cambiarla y atenderla. Desde el cielo está orgullosa y puedo irme con la satisfacción de haberle dado, antes de morir, la alegría de haberme visto hecho un profesional, como su sueño era. Mis tías Violeta y Teresa siempre estuvieron conmigo, la primera como mi madrina nunca dejó que algo me faltara y siempre estuvo pendiente de mis necesidades y creo que siempre lo estará; mi tía Teresa, gracias a su formación de profesora, me ayudó bastante en ese aspecto y cuando tenía algún problema de salud fuerte, ella estaba ahí (ya que al igual que yo, mi mamá es muy nerviosa para esas cosas), a mi tía Teresa también le agradezco el haberme dado los hermanos varones que nunca tuve: mis primos, con los que jugué de niño siempre. Con mis dos tías, como en toda familia, hubo y habrán siempre algunos problemas, pero estoy seguro de que siempre podré contar con ellas, como ellas lo pueden hacer conmigo.

De mi madre, qué podría decir? en pocas palabras, si existiera un Mario de sexo femenino sería como ella, y si existiera una Rosa de sexo masculino sería como yo; ella me dio y enseñó todo lo que una buena mujer y una buena madre podría haber dado: amor, el amor de madre (que por mi experiencia de vida) puedo decir que es el único amor puro, desinteresado, leal y sincero. Ella me enseñó todo lo que sé: a ser ordenado, educado, limpio, a lavar, a cocinar, a planchar, a barrer, a hacer de todo (creo que inconscientemente me estaba preparando para una vida solitaria e independiente). Todo lo que soy, para bien o para mal, se lo debo a ella. Algunos dirán que soy muy apegado a mi mamá, tal vez por el hecho de ser el hijo mayor y el único varón, pero creo que es a ella a quien, al final del día, puedo depositar toda mi confianza y todos mis secretos sin ser reprimido ni juzgado; es ella, hoy en día, mi pilar, mi fortaleza, mi principio y mi fin; es mi camino.

Hoy también, durante la celebración por el día de la madre en la casa de mis tíos Jaime y Luci, nos sorprendieron con una agradable noticia, mi primo, Jimmy, había alcanzado uno de los logras más importantes en su vida profesional. Mi tío Jaime, dando unas sentidas palabras, decía que su hijo había seguido mi ejemplo; no creo ser ejemplo de nada, cada uno busca y traza su propio camino. En estas líneas me dirijo a mi primo: "Querido Jimmy, quisiera expresarte, por escrito, mis más sinceras felicitaciones y no te imaginas la alegría que siento que me acompañas en este camino que es la vida profesional. Aún recuerdo cuando festejábamos tus cumpleaños, cuándo íbamos al Inter, cuando nos quedábamos a dormir en nuestras casas, luego de las fiestas, cuando salíamos a buscar alguna cabina de nintendo para jugar a 1 sol la hora. Tu mérito profesional no se compara al mio, tu, como yo, sabes que estos últimos años fueron difíciles por la ausencia de tu papá, sin embargo seguiste adelante, apoyando a tu mamá y a tus hermanos, por eso tu mérito es doble y tu alegría también debe serlo. Cualquier otra persona se hubiera dado por vencida ante la adversidad, sin embargo tu no, lo que demuestra la gran calidad de ser humano y de hijo que posees. Me enorgullece tu logro, lo siento como propio y espero que sea el primer paso de una carrera profesional llena de éxitos para alegría tuya y de tus padres. Sigue adelante, no cambies, conserva tu alegría, humildad y cuenta conmigo, hermano, para lo que tu desees, siempre".

Qué bonito día de las madres!

6 de mayo de 2013

EL ESTADO EN EL PERÚ. UNA AGENDA DE INVESTIGACIÓN

Este documento busca ser un primer peldaño que facilite al investigador el estudio del Estado en el Perú.
En su primera sección se discuten algunos conceptos básicos, se presentan las razones por las que se sugiere estudiar al Estado por partes y se precisa por qué es importante que esta agenda incluya tanto estudios descriptivos como explicativos.

Luego se identifican cinco temas que enmarquen estas investigaciones: Capacidad del Estado, burocracia y organizaciones estatales; agenda, adopción e implementación de políticas; Estado y relaciones internacionales; y Estado e historia.  Cada sección recoge publicaciones sobre el Estado en el mundo y en el Perú, y se sugieren ideas para posibles investigaciones.

Entender mejor al Estado, las causas de su fortaleza y debilidad, evaluar ejemplos de éxito y fracaso en la implementación de políticas y en procesos de reforma, son temas relevantes para el académico, el gestor público, el político y el ciudadano en general.

Eduardo Dargent: El Estado en el Perú. Una agenda de investigación (2012)