La alianza de Susana Villarán con Patria Roja-MNI tendría sentido si significara la conversión de la izquierda radical en una izquierda moderna y progresista. Esa sería una gran noticia y entonces se justificaría, si no el apoyo, cuando menos la bienvenida a una opción política de esa naturaleza en la competencia democrática nacional. Pues sería, efectivamente, un aporte, una contribución efectiva a la construcción del país. Nuestra democracia necesita de una izquierda moderna, que permita que el Perú capitalice las propuestas y los cuadros intelectuales y profesionales que sin duda tiene.
He estado buscando señales de la conversión de Patria Roja, y, la verdad, no las he encontrado (salvo que la sola unión con Susana sea una conversión implícita). Entonces, cuando hay un peligro, es de suma responsabilidad señalarlo. Veamos el caso de la educación, tema vital para el desarrollo del país. Sabemos lo que costó realizar las evaluaciones de los maestros y aprobar la ley de carrera pública magisterial, indispensable para elevar la calidad tan baja de la educación peruana. Es un asunto de la máxima importancia. Se puede decir que el desarrollo futuro del Perú –que requiere pasar a una economía del conocimiento– depende del éxito de esa reforma. Pues bien, como sabemos, el gran opositor –violento incluso– a ella ha sido y es el Sutep, dominado por Patria Roja, hoy MNI. Y Patria Roja-MNI es el gran aliado de Susana Villarán, le da el soporte logístico, el aparato, a su campaña. Esto no sería problema (cuando menos en el tema educativo) si no fuera porque la Municipalidad de Lima, en tanto gobierno regional, debe asumir las funciones del sector educación, lo que significa que va a manejar la educación de la tercera parte de los peruanos, y de una tercera parte que tiene gran influencia en el resto del país.
¿Quién va a manejar, entonces, la educación de parte importante del Perú si ganara Susana Villarán? La respuesta es obvia. Susana Villarán apareció en la conferencia de prensa del miércoles sentada al lado de Nílver López, dirigente máximo de Patria Roja-MNI y ex secretario general del Sutep, y dijo allí que estaban comprometidos con el Sutep en un programa educativo para Lima. Un Sutep que no solo lucha para derogar la carrera pública magisterial, sino que declara, en la presentación de su estatuto, incluso con errores de sintaxis, que “la clase trabajadora debe responder el reto de enfrentar el neoliberalismo, salir airoso, retomando la iniciativa en la lucha de clases; oponiéndola alternativas de modelo de desarrollo cualitativamente superior a favor de las clases oprimidas”, y que “se orienta por, y basa su práctica en el principio universal de la lucha de clases” (www.sutep.org.pe/adic_web/docs_dirigencia/Estatuto_SUTEP.pdf). ¿Esa es la “izquierda moderna” que queremos para Lima y para el Perú?
Por: Jaime De Althaus Guarderas
He estado buscando señales de la conversión de Patria Roja, y, la verdad, no las he encontrado (salvo que la sola unión con Susana sea una conversión implícita). Entonces, cuando hay un peligro, es de suma responsabilidad señalarlo. Veamos el caso de la educación, tema vital para el desarrollo del país. Sabemos lo que costó realizar las evaluaciones de los maestros y aprobar la ley de carrera pública magisterial, indispensable para elevar la calidad tan baja de la educación peruana. Es un asunto de la máxima importancia. Se puede decir que el desarrollo futuro del Perú –que requiere pasar a una economía del conocimiento– depende del éxito de esa reforma. Pues bien, como sabemos, el gran opositor –violento incluso– a ella ha sido y es el Sutep, dominado por Patria Roja, hoy MNI. Y Patria Roja-MNI es el gran aliado de Susana Villarán, le da el soporte logístico, el aparato, a su campaña. Esto no sería problema (cuando menos en el tema educativo) si no fuera porque la Municipalidad de Lima, en tanto gobierno regional, debe asumir las funciones del sector educación, lo que significa que va a manejar la educación de la tercera parte de los peruanos, y de una tercera parte que tiene gran influencia en el resto del país.
¿Quién va a manejar, entonces, la educación de parte importante del Perú si ganara Susana Villarán? La respuesta es obvia. Susana Villarán apareció en la conferencia de prensa del miércoles sentada al lado de Nílver López, dirigente máximo de Patria Roja-MNI y ex secretario general del Sutep, y dijo allí que estaban comprometidos con el Sutep en un programa educativo para Lima. Un Sutep que no solo lucha para derogar la carrera pública magisterial, sino que declara, en la presentación de su estatuto, incluso con errores de sintaxis, que “la clase trabajadora debe responder el reto de enfrentar el neoliberalismo, salir airoso, retomando la iniciativa en la lucha de clases; oponiéndola alternativas de modelo de desarrollo cualitativamente superior a favor de las clases oprimidas”, y que “se orienta por, y basa su práctica en el principio universal de la lucha de clases” (www.sutep.org.pe/adic_web/docs_dirigencia/Estatuto_SUTEP.pdf). ¿Esa es la “izquierda moderna” que queremos para Lima y para el Perú?
Por: Jaime De Althaus Guarderas
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