19 de septiembre de 2010

¿DE QUÉ ELECTORES ESTAMOS HABLANDO?

Desde el primer día de medición de las intenciones de voto municipales y regionales la gente viene eligiendo sus opciones con abierta desconexión de los partidos políticos. En el mero limbo.

Se repite el mismo fenómeno de hace veinte años, sin que la política peruana haya asimilado la lección de cuando saltó a la palestra Alberto Fujimori. Los partidos políticos vuelven a convertirse en meros envases de empaquetado coyuntural, llevando a la desorientación a un electorado que no encuentra tampoco canales de representación válida.

Álex Kouri, con todo lo que se puede decir de él, tuvo la virtud de descubrir que había en Lima un electorado en busca de un rostro nuevo, pero al precio de tropezar con el infortunio de un Cambio Radical de tan complicado ensamblaje en el tiempo.

Lamentablemente, muchas figuras nuevas terminan en locomotoras que no han logrado despegar en los últimos tiempos, como Gonzalo Alegría en Acción Popular, o partidos nuevos como Alianza para el Progreso que embarca en uno de sus vagones al impetuoso Luis Iberico, pero desde el carburador caudillista del empresario norteño César Acuña, más un ejemplo de emprendimiento económico que de propuesta política institucional.

Si en su momento Fujimori asoció fuertemente el nombre de su partido, Cambio 90, al suyo, la novedad de la actual elección por Lima es que Susana Villarán no puede hacer lo mismo con Fuerza Social. El mayor caudal que adhiere su candidatura reconoce más a Patria Roja que a Fuerza Social e inclusive parecería tener serios problemas para identificar su símbolo con vistas a la votación.

Los fuertes reveses sufridos por Lourdes Flores probablemente se los deba al veneno a la vena introducido por Jaime Bayly, pero más provendrían de lo que yo le he dicho siempre: de su negativa a saltar más allá del PPC, como cuando logra llegar a los sectores C, D y hasta E, para luego no quedarse allí. Le falta una tienda de campaña en el arenal, pero armada por ella misma y no por su boy scout ya viejo, Xavier Barrón.

Otro ejemplo que a muchos no va a gustar, pero que ilustra la necesidad de drásticas renovaciones partidarias, es lo que ha hecho Keiko Fujimori con Fuerza 2011, sobre la base de la liquidación de todos los partidos que querían medrar en su candidatura presidencial. De modo que Martha Chávez, Absalón Vásquez, Andrés Reggiardo y Luz Salgado se quedaron sin vela en el entierro de Cambio 90, Nueva Mayoría, Vamos Vecino y Perú 2000.

¿Por qué no hay agallas para licenciar partidos y crear otros nuevos, sobre todo si el sistema democrático necesita de ellos?

Y a cuento de todo esto, ¿el Apra y sus electores dónde están?

Por: Juan Paredes Castro

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