Ayer se cumplieron 108 años del nacimiento de Eric Arthur Blair, el célebre escritor más conocido por el nombre de George Orwell.
La literatura de George Orwell (1903-1950) se muestra vigilante de los mecanismos del poder. Títulos como “Rebelión en la granja” y “1984” ejemplifican las grotescas dinámicas de quienes manejan y mantienen el sistema bajo las reglas que se imponen: como los siete mandamientos inscritos en la pared por los animales de la granja en “Rebelión…”, que posteriormente serán disueltos en búsqueda de beneficios. La novela, publicada después de la Segunda Guerra Mundial, muestra el triunfo de la rebelión de los animales sometidos a los humanos, que termina siendo, solamente, un cambio de personajes pero con la misma estructura de corrupción. Es considerada una sátira del socialismo soviético de Stalin.
Las propuestas de Orwell desarrollan la alegoría
–también aludida por el filósofo Michel Foucault– de una sociedad vigilada que es castigada cuando los individuos intentan apartarse de las reglas inscritas por un grupo de poderosos para mantener su vigencia. “1984” es una claustrofóbica visión del panóptico de Foucault (lugar que desde lo alto vigila a los presidiarios), en donde a través de cámaras escondidas se controla a los individuos.
La trascendencia de las novelas destacada en la música, el cine y el cómic como en el disco “Animals” (1977), de Pink Floyd; la película “Rebelión en la granja” (1954), dirigida por Joy Batchelor y John Halas; y el cómic “Maus”, de Art Spiegelman.
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