28 de enero de 2013

LAS DIMENSIONES DEL ESTADO, SEGÚN O’DONELL


Son cuatro las dimensiones que Guillermo O’Donnell (O'Donnell, Contrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización, 1997) nos presenta: en primer lugar tenemos a la burocracia, y no extraña que sea la primera ya que es la maquinaria estatal más importante que le da la movilidad al sector público y es la encargada de cumplir las funciones fundamentales para lograr el bienestar común; en segundo lugar tenemos al ordenamiento jurídico o sistema legal, es decir, el conjunto de reglas de juego por medio de las cuales se mantiene el Estado de derecho, lo que garantiza la seguridad y el orden público; en tercer lugar tenemos la identidad colectiva, referida al reconocimiento de “nosotros” como parte de “algo” mucho más grande e importante y por lo tanto colocar los intereses de la colectividad por encima de los intereses individuales; finalmente el autor nos habla del filtro, que es la forma en la que vemos a los que no son parte de nuestra colectividad (Estado) y cómo nos relacionamos con ellos (muy importante en términos de las Relaciones Internacionales). 

Pero, en mi opinión, el autor argentino obvia dos dimensiones importantes y que creo necesario mencionarlas. Ambas dimensiones podrían influir en gran medida en el desarrollo y progreso de un Estado. En primer lugar considero de suma importancia el elemento físico, me refiero al territorio, al espacio geográfico en donde un Estado determinado se desarrolla, ya que como lo menciona Maurice Duverger, citando a Napoleón: “La política de los Estados se halla condicionada por su geografía” (Duverger, 1970, pág. 63). No podemos, en este momento olvidar los aporte de los clásicos de la teoría política[1], ya que “han conocido y puesto en relieve, en todos los tiempos, la gran importancia que tienen los hechos geográficos para la vida estatal” (Heller, 2010, pág. 186). Son muy elocuentes los ejemplos que pone Duverger, pero también podríamos mirar a América latina y ubicar mejores casos, ¿acaso no es un factor de atraso para Bolivia el hecho de no tener salida al mar?, ¿acaso la agreste geografía del Perú, con su hermosa pero molesta cordillera de los Andes, no ha impedido que el estado llegue a más zonas? Bueno pues creo que este es una dimensión importantes a tener en cuenta. La segunda dimensión que O’Donnell menciona en su definición de Estado (O'Donnell, 2004), pero que no la incorpora como algo obligatorio, es la referida a la capacidad coercitiva del Estado, la quinta dimensión del estado sería la detentación del poder político, la capacidad coercitiva del Estado para obligar, de una u otra manera, a la población a realizar determinadas actividades, tanto por medio del consenso como haciendo uso de la violencia (monopolio legítimo de la fuerza), un ejemplo del primer caso serían las leyes que se debaten y se aprueban en el Congreso, las mismas que se elaboran en base a la discusión, al debate y al consenso y que modifican el comportamiento de la gente en cuanto se promulgan y entran en vigencia; un ejemplo del segundo caso se da cuando la población no quiere acatar las leyes y es necesario imponer la fuerza; de una u otra manera el Estado hace uso de su poder para mantener el orden y la seguridad.

[1] Heller menciona a Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Bodino, Montesquieu y Hume.

24 de enero de 2013

SOCIÓLOGO SOSTIENE QUE VER PORNO HACE A LOS HOMBRES HETEROSEXUALES MÁS FAVORABLES AL MATRIMONIO IGUALITARIO

Hace unos meses un estudio sobre homoparentalidad publicado por el sociólogo Mark Regnerus, muy aplaudido entonces por medios conservadores, recibía fuertes críticas por sus deficiencias metodológicas. Regnerus vuelve ahora a crear polémica al afirmar que ver pornografía vuelve a los hombres heterosexuales más favorables al matrimonio entre personas del mismo sexo.

“Al contrario de lo que podría creerse, los hombres jóvenes [heterosexuales]que apoyan redefinir el matrimonio no lo harían como el producto de unos ideales acerca de expandir derechos y libertades o por un noble compromiso con la justicia”, afirma Regnerus en un artículo publicado en la web del Instituto Witherspoon, una organización contraria a los derechos LGTB.“Puede ser, al menos en parte, el resultado de una exposición regular a actos sexuales gráficos”, añade.

Resumiéndola, la argumentación que Regnerus da en su artículo es la siguiente: ver pornografía acostumbra a los hombres heterosexuales a ver el sexo como una actividad placentera disociada del hecho de procrear, lo que en su opinión les hace ver con más naturalidad el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Autor de un polémico estudio sobre homoparentalidad, Mark Regnerus ya creó polémica hace varios meses cuando publicó un estudio, financiado precisamente por el Instituto Witherspoon, que sostenía que los hijos de padres homosexuales presentan más problemas emocionales en la edad adulta que los criados por parejas heterosexuales. El estudio recibió, recordamos, numerosas críticas por sus errores metodológicos. No comparaba situaciones equiparables (por ejemplo, familias estables homoparentales frente a familias estables heteroparentales, o familias homoparentales adoptantes frente a familias heteroparentales adoptantes). Paradójicamente, la mitad de los reconocidos como hijos de padres homosexuales referían también ser hijos de matrimonios heterosexuales. Es decir, habían sido concebidos en el seno de una relación heterosexual tradicional, en la que uno de los padres había salido después del armario. Para sus críticos, el estudio reflejaría en todo caso que los hijos criados en hogares inestables presentan más problemas emocionales que los criados en hogares estables. El trabajo de Regnerus fue además criticado por analizar una realidad del pasado: la de los hijos ya adultos de personas homosexuales, crecidos en un contexto histórico y social mucho más hostil a la homoparentalidad que el existente en la actualidad en Estados Unidos.

El propio Regnerus admitió que los resultados de su estudio podían ser consecuencia de factores ajenos a la orientación sexual de los padres, como por ejemplo su situación social. Regnerus también expresó su opinión de que un niño puede ser criado sin problema alguno por una familia homoparental. Ello no fue suficiente para evitar que el estudio alimentara la homofobia de grupos de presión y medios ultraconservadores. En España, por mencionar un ejemplo cercano, el diario La Gaceta (perteneciente a Intereconomía) recogió el estudio bajo el titular de “confirman los efectos negativos de la adopción por homosexuales”.

21 de enero de 2013

LA DESIGUALDAD ECONÓMICA Y LA POLÍTICA. APROXIMACIONES CONCEPTUALES

La desigualdad económica y la política. Aproximaciones conceptuales, desde una perspectiva política, explica los fenómenos de la distribución del ingreso, los cuales parecen estar asociados a las instituciones políticas que establecen reglas de juego más allá de las diferencias y desigualdades; la vigencia de una ciudadanía efectiva que accede a los derechos reconocidos; la concentración y la densidad sindical que permite una negociación centralizada de los sueldos y salarios de los trabajadores; la existencia de partidos políticos que representan y defienden a los estratos del mundo del trabajo; y, la presencia de un Estado fuerte y autónomo que puede realizar una política distributiva del ingreso a través de una política fiscal, basada principalmente en impuestos progresivos y directos, que despliega políticas sociales universales, en particular en los campos de la educación y la salud, para ofrecer a todos una igualdad de oportunidades y que reconozca y garantice los derechos sociales a todos los ciudadanos. En ese sentido, se ha considerado, para el Perú y América Latina, en especial para el área andina, la brecha territorial estatal, la forma de Estado y el tipo de régimen político para analizar su incidencia en la desigual distribución del ingreso.

Sinesio López: La desigualdad económica y la política. Aproximaciones conceptuales (2012)

20 de enero de 2013

EDUCACIÓN SUBVERSIVA

Leonardo Garnier es el actual ministro de Educación Pública de Costa Rica (desde el 2006); obtuvo su licenciatura en Economía en la Universidad de Costa Rica y su maestría y doctorado en Economía en la New School for Social Research, New York. Garnier es versátil: ha sido profesor de Economía en la UCR y en la UNA, ministro, viceministro y asesor de Planificación Nacional y Política Económica en administraciones pasadas; consultor en temas de política económica, política social y gestión pública para diversos organismos internacionales como el PNUD, el BID, la CEPAL, la OIT y, en especial, para UNICEF. Uno de sus "pasatiempos" es escribir desde columnas hasta libros de cuentos como "Mono Congo y León Panzón", "El Sastrecillo ¿valiente?" y "Gracias a Usted". Su más reciente creación es el libro "Costa Rica: un país subdesarrollado casi exitoso", escrito en conjunto con Laura Cristina Blanco.




10 de enero de 2013

ENTREVISTA A LEONARDO GARNIER

Hay obispos en Costa Rica que se refieren a él como “ese individuo”. Leonardo Garnier es economista, lleva el pelo largo a lo Depardieu, pero canoso, y ocho años como ministro de Educación en un país con fama de educado. Acumula dos Gobiernos, el del liberal Óscar Arias y el de la conservadora Laura Chinchilla, lo que lo convierte en un superviviente de la inestabilidad de Gabinetes y sobre todo del veto de la jerarquía católica.

Desde su despacho de ministro ha debido ver cómo esta pequeña sociedad se agita a su manera, a medias, entre el dilema de apuntalar su vanguardismo en derechos humanos o dejar que la religión siga infiltrando las políticas públicas. Celebró el fallo de la Corte Interamericana que reconoció en diciembre el derecho de parejas infértiles costarricenses a utilizar la fertilización en laboratorio. Celebró sorprendido un fallo constitucional que ordenó no limitar al catolicismo la enseñanza religiosa obligatoria en escuelas y colegios. Apoya al movimiento para hacer de Costa Rica un Estado laico y los esfuerzos por dar valor legal a las parejas homosexuales. Es más, apoya la legalización de las drogas, aunque admite que sería suicida hacerlo sin la compañía de los países más potentes.

Semejantes posiciones flotan en la cabeza de “ese individuo”, que para hablar aguza los ojos pequeños y evoca sus poses de profesor, cuando gozaba rompiendo dictados y aplicando el método de “educación subversiva”, desechando la obediencia como valor.

Respuesta. Es quizá algo filosófico. Lo que pasa es que quiero una educación sin sermones ni discursos, sin que alguien les diga qué es lo bueno o lo malo, con castigos o premios. Eso no es educación, es entrenamiento. Quiero muchachos con criterio propio, no quiero muchachos obedientes, quiero muchachos éticos.Pregunta. ¿Cuál es el eje de ese conflicto sobre valores, religión y educación?

Eso es quebrar el método tradicional y de la Iglesia. ¿Cómo no van a estar molestos con usted?
En la educación eso es totalmente legítimo. Debemos formar el carácter y las mentes de los muchachos y la obediencia no es una buena herramienta educativa. Basar un sistema educativo en la obediencia no es legítimo.

De nuevo, los sectores conservadores tienen razón de estar inquietos.
A los sectores conservadores les da miedo que la gente piense por sí misma. Si la obediencia es una elección personal, como la religión, no tengo problemas, pero si se quiere instalar en la política pública, ahí sí que no puedo aceptarlo.

¿Es lo que usted ha dicho de los valores religiosos en la fertilización in vitro?
Exacto. Es una locura pensar que por las creencias de algunas personas se cierre la opción de tener hijos a una familia o, todavía más grave, que por esas creencias se cierre la opción de nacer a algunos niños. Lo que pasa es que las creencias religiosas de algunos se han convertido en política pública para otros.

En un país acostumbrado al margen pequeño y al centrismo eso puede resultar chocante.
Es importante que siempre haya alguien diciéndolo en una sociedad como esta, pasiva pero también tolerante a discutir los temas.

¿País pasivo y conservador?
Depende de con qué lo compare uno. Es menos conservador que muchos países de América Latina. Es quizá más bien un país de doble moral. Siempre ha habido un filón liberal acompañado de pensamiento tradicional.

¿Cómo califica entonces esta época de tanto cuestionamiento de lo que ya se creía escrito en piedra?
Quizá esté pasando en todo el mundo. Esta es una época en la que se vuelven públicos los temas de la vida personal. En algún momento había que confrontar esta realidad.

¿Es este un destape?
No creo que sea un destape comparable con lo que se vino en España después de la caída de Franco. En Costa Rica el péndulo se mueve poquitico. El chayote [vegetal tropical de poco sabor] podría ser el símbolo nacional. Aquí los procesos van sin extremos. Sí, la gente se siente con más derecho a hablar, no solo como opciones personales sino como políticas públicas. Y claro que eso provoca un conflicto.

Usted como ministro dirige la educación que recibe un millón de estudiantes en un país católico oficial. ¿Qué malabares debe hacer?
Son dos cosas distintas. La religión es una opción personal, privada y no de políticas públicas. El Constitucional dice que el carácter confesional católico no implica ni siquiera que la enseñanza obligatoria de la religión tenga que ser católica, sino más bien de tipo ecuménico.

Entonces para qué ser Estado católico?
No lo sé. Es una definición que nunca he entendido.

Usted no ha hecho nada por acabar con eso.
Cuando uno está en el Gobierno, tiene tiempo limitado, recursos limitados, cierto capital político y hay que establecer prioridades. No es responsable de entrar en todos los temas.

¿No sería más fácil eliminar la asignatura de religión?
Ese sería un conflicto muy grande y no creo que valga la pena. Aquí la mayoría de la gente cree que se deben dar las clases de religión. El paso que el país va a dar ahora es impartir religión de una forma más ecuménica, más abierta.

¿Habría estado dispuesto a abrir un debate sobre la legalización de drogas?
Las estrategia contra las drogas no ha funcionado y concuerdo con posiciones como la de Cardoso [Fernando Henrique, expresidente de Brasil], Zedillo [Ernesto, expresidente de México] y Gaviria [César, expresidente de Colombia], pero que un país con 4,5 millones de habitantes decida legalizar las drogas cuando en el resto de países eso no funciona, sería un suicidio.

FUENTE: EL PAÍS

8 de enero de 2013

CULPABLES

Se dice que los congresistas son los padres de la patria, en el Congreso reside la voluntad popular, son los representantes directos de la población; en términos maquiavelanos, son los príncipes que ayudan al buen gobierno del Estado. Pero nuestros congresistas son todo lo contrario y la serie de sucesos desafortunados iniciados en el mes de diciembre pasado, nos muestran todo lo contrario: congresistas que se ponen de acuerdo para subirse el sueldo, pero que hasta la fecha no han podido generar consenso para la elección de funcionarios públicos de gran importancia como lo son el Defensor del Pueblo, presidente del Banco Central de Reserva, miembros del Tribunal Constitucional, etc. Incluso en un acto de sorpresa han aprobado su aumento en época navideña y muchos de los que votaron a favor de dicho incremento, ahora muy orgullosos y con la frente en alto, anuncian que renuncian a dicho aumento (¿Por qué no manifestaron su oposición en el momento de la votación?).

Nuestros congreso en ineficiente y ineficaz por varias razones políticas, y siguiendo a Maquiavelo podríamos mencionar lo siguiente: Maquiavelo menciona que un príncipe debe evitar hacer el mal y hacer el bien, pero si es necesario hacer el mal, debe hacerse de manera rápida, de tal forma que el vulgo no se de cuenta; una vez tomada una decisión, por muy dura que esta parezca, nunca se debe dar un paso atrás, ya que un príncipe ni puede parecer "variable, ligero, afeminado, pusilánime e irresoluto". También, el autor italiano, nos dice que el príncipe debe evitar ser odiado, ya que "el que conspira cree siempre que con la muerte del príncipe satisfará al pueblo", Maquiavelo nos dice que es mejor ser amado que temido, pero cuando comete acciones malas, debe saberlas encubrir ya que "el vulgo se deja siempre coger por las apariencias".

Nuestro congreso ha cometido todos estos errores en menos de un mes: no ha sabido justificar adecuadamente su accionar, desde su propio interior, poco a poco algunos congresistas (con objetivos políticos más que morales) salieron a los medios de comunicación a informar que renunciaban al aumento porque iba en contra del pueblo, etc. En segundo lugar, otro error fue retroceder, legalmente no había ningún problema, ya que para bien o mal ellos tienen esa facultad, el problema ahora no era ni ético ni moral, sino de estrategia política (garantizar votos en el 2016) por eso el día de hoy se "suspendió" (ojo, no se eliminó ni suprimió, solo se suspendió) dicho incremento. Finalmente, estas decisiones han dado lugar a que personas que añoran con desesperación los años noventa propongan la posibilidad de cerrar el Congreso, como lo hizo Fujimori en 1992, como demócrata y respetuoso de la institucionalidad democrática creo que están en un error.

Esta mañana, gracias al Facebook, el profesor Steven Levitsky, posteó el siguiente dato: "Congress less popular than colonoscopies, root canals, poll finds" (El Congreso Norteamericano es menos popular que cucarachas, piojos, vendedores de autos usados, y colonoscopias) Según el dato de la encuestadora americana la aprobación del Congreso de los EE. UU. es de 9%. Me pregunto, ¿acaso la aprobación del Congreso peruano no estará igual o peor? El profesor Levitsky aclara: "A pesar de esa casi nula aprobación, nadie pide cerrar el congreso gringo" E ahí al última parte del análisis, como país nos falta mucho, tanto en madurez política ciudadana como de los funcionarios que nos representan; estamos hartos de congresistas plancha camisas, roba cable, come oro, etc., pero cada cinco años hay nuevos casos de personas impresentables que son elegidos congresistas, ¿gracias a quién? a nosotros mismos y una vez cometido el error de elegirlos (nuestro error), ¿pedimos que cierren el congreso?. Se ha demostrado que la democracia no es el mejor sistema de gobierno, pero es el más bueno de los malos, eso conlleva a respetar las reglas y las instituciones que representan ese sistema, si no queremos seguir "sufriendo" con estos congresistas, antes de votar debemos informarnos bien de sus antecedentes, para que la lamentación no sea sobre la leche derramada.

7 de enero de 2013

SOCIOLOGÍA DE LA ADMINISTRACIÓN

Sociología especial que se ha desarrollado al ir cobrando importancia las organizaciones formales tanto en el sector público como en el privado. Se dedica al estudio de los motivos, valores, actitudes y cualificaciones del personal administrativo (nivel micro) y de las relaciones externas de la administración pública (nivel macro). La sociología de la administración debe tener en cuenta el hecho de que las organizaciones de la administración están expuestas, por la dinámica social y tecnológica, a un cambio de planteamiento de tareas y de formas de procedimiento. Por ello deben, por ejemplo, en la sociedad industrial moderna, combinar las tareas rutinarias tradicionales con una productividad más flexible y relacionar sus funciones ejecutivas con un ejercicio del poder basado en la competencia especializada. Sobre todo en el ámbito de la administración estatal, estos cambios llevan a la cuestión de la racionalidad administrativa o de la ineficiencia de las orientaciones burocráticas de las las reglamentaciones estructurales, al igual que a la de la ambivalencia del rol de la administración política controlable o poder independiente.

Karl-Heinz Hillmann: "Diccionario enciclopédico de sociología.

4 de enero de 2013

“NUEVOS” PROBLEMAS, VIEJOS RESPONSABLES


La humanidad ha experimentado grandes cambios y transformaciones sociales, económicas y políticas desde siempre; pero nunca como hoy en día, dichos cambios han sido tan rápidos y han transformado de manera tan significativa nuestra propia visión del mundo. 

Para nadie es un secreto que la población mundial está en crecimiento (en 1900 se calculaba una población de cerca de mil millones de habitantes y para el 2012 dicha cifra ha aumentado a cerca de 7 mil millones de seres humanos). El incremento de la población no es un fenómeno aislado es producto de la realidad geográfica, social, económica y política de los Estados, no es de extrañarse que los más altos índices de crecimiento poblacional se encuentren en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo; pero dicho crecimiento trae consecuencias graves para dichos países ya que cada vez hay más población pero la capacidad de para atender y satisfacer sus necesidades básicas es insuficiente o nula. Los países desarrollados no están exentos a este problema, ya que si bien es cierto que sus tasas de crecimiento son bajas, hay cada vez más población debido a las migraciones internacionales desde los países en desarrollo que se movilizan de un país a otro ya que en el suyo propio no encuentran las condiciones para su desarrollo. Tanto países en desarrollo como países en vías de desarrollo tiene un papel importante que cumplir en este tema. 

Las migraciones transnacionales producen, en términos de Altamirano, dos consecuencias: “la fuga de capital humano hacia otros países y el envío de remesas hacia los países de origen” (Altamirano, 2007, pág. 39); ambos aspectos son considerados desde el punto de vista de los países de origen (se va gente y envían dinero) pero, ¿qué pasa con los países de destino?, propongo una consecuencia más: la llegada de migrantes genera, en el país de destino, graves problemas de satisfacción de necesidades a esos migrantes: educación, salud, trabajo; lo que lleva indirectamente a un mayor gasto presupuestal y/o a un aumento de la informalidad. Entonces, ¿por qué sigue migrando la gente? Y, ¿por qué siguen siendo recibidas? La primera pregunta tiene su respuesta en los países de origen: la primera razón sería la económica-laboral, en los países de origen no existe una gran oferta de trabajo, y si la hay es en sectores económicos primarios (como la agricultura y la ganadería), dicho sector no genera los ingresos económicos necesarios para sus familias. Una segunda categoría es la referida a la educación, en los “países del sur” los sistemas educativos (desde pre escolar hasta universitarios) son deficientes, los niños y jóvenes son formados en desventaja para este mundo globalizado y competitivo que requiere mejores profesionales, capacitados y actualizados, capaces de desempeñarse en su profesión u oficio en cualquier parte del mundo, lamentablemente los Estados del sur no invierten lo necesario en educación lo que desmotiva a la población a estudiar en su país de origen, esta razón es confirmada por los datos estadísticos que presenta Altamirano, de la emigración internacional de peruanos entre 1995-2005 el 28% de los mismos son estudiantes (Altamirano, 2007, pág. 53), representado el mayor porcentaje de todas las categorías. Una tercera categoría de motivación para las migraciones es de género, la liberalización femenina y el ingreso de las mujeres al mundo público han generado un incremento en la demanda de trabajo, obligando al Estado y a las empresas a aumentar sus puestos de trabajo para este “nuevo” grupo laboral, desplazando a muchos hombres a actividades más físicas y fuertes que las pueden realizar en los países de destino. 

Respecto a la responsabilidad de los países de destino estos absorben a los migrantes más capaces y aptos (académicamente) para formarlos fuera de sus países de origen y para que su desarrollo científico y tecnológico los beneficie a ellos en desmedro de sus países natales, generando lo que Altamirano llama “la pérdida del capital humano” (Altamirano, 2007, pág. 40), esta pérdida es ganancia para los países de destino; también es importante mencionar a otros migrantes no trabajan en lo que fueron formados, ya que las restricciones legales y laborales de los países de destino son muy fuertes y proteccionistas para los nativos (a pesar que algunos estudios han demostrado que no hay relación entre la migración y el desempleo de los naturales de un país), lo que Altamirano califica del “desperdicio de capital humano” (Altamirano, 2007, pág. 43), médicos, ingenieros, arquitectos, etc., cuyas familias y cuyo Estado han invertido en proporcionarles una profesión, terminan trabajando de “braceros” (actividades manuales) en actividades para nada relacionadas con su preparación. En base a lo expuesto anteriormente, existe una responsabilidad compartida entre países de origen y de destino, en el tema de las migraciones transnacionales. 

La madre naturaleza ya no quiere a sus hijos humanos, hemos profundizado y aumentado la crisis ambiental, la misma que se inició con la revolución industrial hace ya más de 2 siglos. El fenómeno de la globalización ha llevado a un desarrollo cada vez más rápido del conocimiento, la ciencia y la tecnología, lo que ha repercutido en un aumento considerable de la producción, una mega tendencia llamada “globalización de la producción” (Mari, 2000, pág. 109). Los Estados están cada vez más preocupados por desarrollarse cada día más, sin importarles las graves consecuencias ambientales que se pueden generar, es una “carrera de locos” en la que los perdedores somos todos. Respecto a la protección ambiental, se han firmado una gran cantidad de acuerdos y se han realizado un sinnúmero de reuniones, congresos y asambleas[1], lamentablemente los intereses de los países más poderosos siempre se sobreponen ante los propios intereses de la humanidad. 

Tal vez, el punto más importante que todos los Estados (desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados) deben tener presente es que “las cuestiones medioambientales afectan por igual a todos” (Stiglitz, 2006, pág. 211). Durante muchos años se ha culpado a los países desarrollados de ser los responsables de la debacle ambiental en la que hoy nos encontramos: desde su falta de voluntad para ratificar los principales acuerdos ambientales, seguir emitiendo gases de efecto invernadero, hasta negar la existencia del calentamiento global; pero también los países en vías de desarrollo deben asumir parte de la responsabilidad: no han sido los suficientemente fuertes para presionar a las grandes potencias a asumir sus compromisos, no son conscientes de que los efectos negativos de la crisis ambiental afecta a todos, pero con mayor fuerza a ellos, ya que no cuentan con los recursos económicos (a diferencia de los países del “norte”) para reducir las consecuencias ambientales, la justificación es simple: “como estamos en vías de desarrollo, necesitamos producir más (y contaminar aún más)”. 

Existen varias alternativas de solución: la reproducción de bosques tropicales, el control de la producción industrial, el avance en el uso de tecnologías limpias y amigables con el medio ambiente; pero hay un problema, todas estas alternativas requieren de grandes cantidades de dinero de inversión, las mismas que son impensables para los países en vías de desarrollo y en los países desarrollados debido a la falta de voluntad política e incentivos necesarios para aplicarlas. Pero considero que existe otra traba, en especial sobre la actitud de EE. UU. (quien hasta la fecha no ha ratificado el Protocolo de Kioto sobre la reducción de emisión de gases de efecto invernadero), que no la menciona Stiglitz: ¿Qué país y/o institución supranacional sería capaz de sancionar a EE. UU? sabemos que EE. UU. controla la mayor parte de decisiones de los organismos internacionales. El mismo Stiglitz lo reconoce en las últimas líneas de su libro. 

¿Quién o quienes pueden (o deben) solucionar los problemas arriba mencionados? Desde el punto de vista político se deben generar incentivos necesarios para que sus migrantes vuelvan, debe mejorar la atención a su población en sus necesidades básicas, debe haber una política ambiental sostenida; desde el punto de vista económico, el mercado debe de dejar de funcionar como lo hace, ya no estamos en el mundo de hace 50 años, en el que la naturaleza no era tomada en cuenta, en el que la migración internacional era escasa, debido a los costos de viajes, hospedajes, etc., debe haber una mayor conciencia por parte de los agentes económicos para evitar una peor crisis que la actual; finalmente, desde el punto de vista social, todos debemos ser conscientes de nuestro papel en el mejoramiento del medio ambiente, temas como planificación familiar y reciclaje, son tan necesarios hoy en día, ya que se ha demostrado que el principal agente contaminante es el ser humano y mientras más personas hayan sobre la Tierra, más contaminación y degradación habrá.


[1] Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992), Protocolo de Kioto sobre el cambio climático (1992), Conferencia de Bali (2007), Conferencia de Poznan (2008), XV Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (2009), XVI Conferencia sobre Cambio Climático (2010), etc.

1 de enero de 2013

2012-2013

Llega nuevamente el momento de evaluar el 2012 y de especular sobre el año que empieza. Recordemos cómo veíamos al inicio el año que se va: el Consejo de Ministros presidido por Oscar Valdés se veía muy frágil, después de la rápida caída del de Salomón Lerner; se temía un giro “autoritario” del gobierno, y la implantación “a sangre y fuego” del proyecto minero Conga. A mediados de año se presentó una situación de polarización exacerbada e innecesaria, alimentada tanto por sectores de una izquierda que se radicalizaban y denunciaban la derechización y militarización del gobierno, y sectores del gobierno recelosos de los antiguos aliados de izquierda y que proponían precisamente un endurecimiento. Paradójicamente, estas visiones se complementaban y reforzaban entre sí, y llevaron a un callejón sin salida.

El gobierno empezó su segundo año con el Consejo de Ministros presidido por Juan Jiménez, que retomó el camino del diálogo, confirmándose la naturaleza esencialmente pragmática de aquél, y su apuesta por mantener la dinámica de crecimiento (para lo cual se ve como esencial la continuidad de la política económica), para así generar recursos que se puedan destinar a la política social. Se trata por lo tanto de un gobierno similar al de otros gobiernos progresistas de la región, pero con la gran diferencia de que no cuenta con un partido o una coalición política que lo sostenga; descansa sobre la gestión de técnicos independientes, que son al mismo tiempo su fortaleza (eficiencia, agenda sectorial), y debilidad (falta de orientación estratégica clara, de capacidades de operación política). Con todo, terminamos el año con la percepción de contar con un presidente y un gobierno que han logrado consolidar condiciones mínimas de operación política y de gestión, lo que se expresa en el aumento de la aprobación ciudadana a la actuación del presidente. 

El presupuesto del 2013 trae algunas novedades que pueden ayudar a preveer el curso del próximo año. Este presupuesto es casi el triple del de hace diez años, el doble del de 2006, 13.5% más grande que el del 2012. Los programas de inclusión social tendrán un 67% más de recursos, 20% más en defensa e interior, se quintuplicará el presupuesto para atención de desastres, entre otros cambios importantes, y se calcula un crecimiento del 6%. En otras palabras, a finales de 2013, cuando lleguemos a la mitad de la gestión del presidente Humala, podríamos tener un gobierno con niveles de popularidad inéditos si los comparamos con las gestiones anteriores. 

Por supuesto, todo esto debe ser puesto en condicional. Las debilidades en cuanto a capacidad de operación política siguen siendo las mismas, a pesar de los aprendizajes resultantes de los errores cometidos en el pasado. Con todo, el hecho de que 2013 se presente sin nubarrones significativos en el horizonte podría y debería hacer que el gobierno se plantee la posibilidad de implementar iniciativas y planteamientos de reformas más ambiciosas.