8 de enero de 2013

CULPABLES

Se dice que los congresistas son los padres de la patria, en el Congreso reside la voluntad popular, son los representantes directos de la población; en términos maquiavelanos, son los príncipes que ayudan al buen gobierno del Estado. Pero nuestros congresistas son todo lo contrario y la serie de sucesos desafortunados iniciados en el mes de diciembre pasado, nos muestran todo lo contrario: congresistas que se ponen de acuerdo para subirse el sueldo, pero que hasta la fecha no han podido generar consenso para la elección de funcionarios públicos de gran importancia como lo son el Defensor del Pueblo, presidente del Banco Central de Reserva, miembros del Tribunal Constitucional, etc. Incluso en un acto de sorpresa han aprobado su aumento en época navideña y muchos de los que votaron a favor de dicho incremento, ahora muy orgullosos y con la frente en alto, anuncian que renuncian a dicho aumento (¿Por qué no manifestaron su oposición en el momento de la votación?).

Nuestros congreso en ineficiente y ineficaz por varias razones políticas, y siguiendo a Maquiavelo podríamos mencionar lo siguiente: Maquiavelo menciona que un príncipe debe evitar hacer el mal y hacer el bien, pero si es necesario hacer el mal, debe hacerse de manera rápida, de tal forma que el vulgo no se de cuenta; una vez tomada una decisión, por muy dura que esta parezca, nunca se debe dar un paso atrás, ya que un príncipe ni puede parecer "variable, ligero, afeminado, pusilánime e irresoluto". También, el autor italiano, nos dice que el príncipe debe evitar ser odiado, ya que "el que conspira cree siempre que con la muerte del príncipe satisfará al pueblo", Maquiavelo nos dice que es mejor ser amado que temido, pero cuando comete acciones malas, debe saberlas encubrir ya que "el vulgo se deja siempre coger por las apariencias".

Nuestro congreso ha cometido todos estos errores en menos de un mes: no ha sabido justificar adecuadamente su accionar, desde su propio interior, poco a poco algunos congresistas (con objetivos políticos más que morales) salieron a los medios de comunicación a informar que renunciaban al aumento porque iba en contra del pueblo, etc. En segundo lugar, otro error fue retroceder, legalmente no había ningún problema, ya que para bien o mal ellos tienen esa facultad, el problema ahora no era ni ético ni moral, sino de estrategia política (garantizar votos en el 2016) por eso el día de hoy se "suspendió" (ojo, no se eliminó ni suprimió, solo se suspendió) dicho incremento. Finalmente, estas decisiones han dado lugar a que personas que añoran con desesperación los años noventa propongan la posibilidad de cerrar el Congreso, como lo hizo Fujimori en 1992, como demócrata y respetuoso de la institucionalidad democrática creo que están en un error.

Esta mañana, gracias al Facebook, el profesor Steven Levitsky, posteó el siguiente dato: "Congress less popular than colonoscopies, root canals, poll finds" (El Congreso Norteamericano es menos popular que cucarachas, piojos, vendedores de autos usados, y colonoscopias) Según el dato de la encuestadora americana la aprobación del Congreso de los EE. UU. es de 9%. Me pregunto, ¿acaso la aprobación del Congreso peruano no estará igual o peor? El profesor Levitsky aclara: "A pesar de esa casi nula aprobación, nadie pide cerrar el congreso gringo" E ahí al última parte del análisis, como país nos falta mucho, tanto en madurez política ciudadana como de los funcionarios que nos representan; estamos hartos de congresistas plancha camisas, roba cable, come oro, etc., pero cada cinco años hay nuevos casos de personas impresentables que son elegidos congresistas, ¿gracias a quién? a nosotros mismos y una vez cometido el error de elegirlos (nuestro error), ¿pedimos que cierren el congreso?. Se ha demostrado que la democracia no es el mejor sistema de gobierno, pero es el más bueno de los malos, eso conlleva a respetar las reglas y las instituciones que representan ese sistema, si no queremos seguir "sufriendo" con estos congresistas, antes de votar debemos informarnos bien de sus antecedentes, para que la lamentación no sea sobre la leche derramada.

No hay comentarios: