Los últimos días se ha producido un fuerte y, en mi opinión, fructífero debate en torno a la posibilidad de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, por parte de los diferentes candidatos presidenciales y congresales; obviamente no por el afán de defender los derechos sexuales y reproductivos que toda persona tiene, sino por tratar de ganar votos, tema que no analizaré ahora.
Lo que si escribiré es sobre mi postura sobre este tema. Sociológicamentte el matrimonio es "la relación por la que un hombre y una mujer, de acuerdo con su naturaleza sexual, se vinculan para llevar a cabo una vida en común" (Diccionario Enciclopédico de Sociología, de Karl-Heinz Hillmann). Entonces, desde este punto de vista el matrimonio entre personas del mismo sexo, es teóricamente imposible y no está permitido; pero los conceptos y definiciones cambian como lo hace la misma sociedad.
El matrimonio presenta las siguientes características:
- Es una institución social fundamental de la sociedad ya que es su fuente principal que da origen a la formación de la familia sin la cual no se podría concebir una comunidad fuerte, estable y duradera.
- Unión de un varón y una mujer.
- Permanencia necesaria de los cónyuges que deberán compartir un mismo destino y gozar no sólo de las bondades y beneficios del matrimonio, sino de afrontar cada uno de los problemas que ofrece la existencia en común.
- Es una unión legalmente sancionada por la ley, lo cual supone una actitud legal para contraerlo y el consecuente cumplimiento de ciertas formalidades establecidas en el ordenamiento jurídico.
Insisto que desde el punto de vista formal hablar de matrimonio entre personas del mismo sexo es inviable. De lo que si podemos hablar y en lo que estoy totalmente de acuerdo es en la legalziación de la unión de hecho, es decir la forma de convivencia familiar en que, una pareja viven juntos de forma estable y conyugal, con todos los derechos y deberes propios de tal condición. Es justo y necesario ya que este tipo de reconocimiento y unión no es solamente una cuestión sentimental y amorosa, es un cuestión de legalidad y Estado. Desde el punto de vista médico otorgaría al individuo el derecho de tomar decisiones sobre la vida de su pareja; desde el punto de vista económico otorgaría el derecho a la herencia, pensiones y otros beneficios económicos. Los "rituales" que realizan algunas parejas homosexuales en las que se prometen amor y respeto son eso rituales, y no representan ningún compromiso legal que garantice los derechos y deberes mencionados líneas arriba.
Nuestra sociedad es aún muy heterodoxa en estos temas, por lo que creo que con legalizar este tipo de uniones sería un buen paso, pero ir avanzando de poco en poco garantizará una mayor comprensión de la sociedad.
Cuando uno firma un contrato laboral, de alquiler, etc., lo hace conociendo las reglas y cláusulas a las que se compromete a respetar y obedecer. Hablar que la Iglesia Católica reconozca el matrimonio homosexual es imposible, es una ilusión creer que lo va ha hacer ya que las mismas escrituras de la Biblia lo prohíben. por eso critico a los católicos que proponen y creen que la iglesia los apoyará en esta lucha. Pero esto no le da derecho a nadie (específicamente al monseñor Bambarén) para maltratar, insultar y denigrar a la persona humana sea cual fuese su orientación sexual. Hay modos de hacer las cosas.
En conclusión, cada uno es libre de hacer lo que mejor le parezca con su vida, ojo no confundir libertad con libertinaje porque la libertad es ser libres para hacer lo que queramos siempre y cuando no afectemos ni perjudiquemos a nuestros semejantes; hacer lo que creamos que esta bien, dentro de las normas y leyes (jurídica, morales y sociales que rigen nuestro comportamiento. Siempre lo he dicho a mis alumnos: lo más importante es que sean felices y sean buenas personas.
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