6 de enero de 2011

EL ENIGMA DE BALTASAR

“¡No más Baltasar pintado!” es el lema que circula en España. El Centro Panafricano reclama así la inclusión de un afrodescendiente como rey Baltasar en la célebre cabalgata de los Reyes Magos, de Pamplona. Hoy lo hace un blanco pintado de negro, algo que bien puede ser tomado como signo de racismo en pleno siglo XXI. Pero, vamos por partes, ¿fue siempre africano este rey mago? ¿Fueron realmente tres?

Según las tradiciones, el número de reyes varía. Se habla de cuatro, pero según los armenios fueron 12, mientras los pintores antiguos representan tres, cuatro u ocho. San Mateo no precisa el número en su Evangelio, solo cuenta que “llegaron desde el Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Pues vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo… y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra”. San Mateo los llama “magos” tal como se conocía –en Persia, Babilonia y Asiria– a los sacerdotes sabios en astronomía, ciencia y teología.

Fue en el siglo V cuando el papa San León I, ‘El Magno’, estableció que los Reyes Magos eran tres, como tres eran las ofrendas. El obispo italiano Petrus de Natalibus, en sus libros “Leyendas de los santos”, aporta las edades y el monje benedictino Beda el Venerable refiere características que se mantienen hoy en dos de los reyes. Así, Melchor de Persia era un anciano de 60 años de piel rosada y barba rubia que iba a caballo; Gaspar era rey de India, tenía la tez blanca, 40 años y viajaba sobre un elefante; mientras Baltasar, con 28 años, el más joven, era rey árabe, era blanco y montaba un camello. ¿Cuándo cambió su color de piel?

En el siglo XVI la Iglesia decide identificar a los reyes con los tres hijos de Noé y las razas que poblaban el mundo conocido entonces: Europa, Asia y África. Y así Baltasar se convirtió en príncipe y sacerdote egipcio, procedente de Alejandría. El escritor español Manuel Domínguez Senra anota que en la Edad Media las personas de piel negra eran vistas como portadoras de riqueza, pues el oro que llegaba a Europa era del África. La imagen de Baltasar se inspiró en el emperador de Mali, famoso por regalar oro durante sus peregrinaciones a la Meca. Curiosamente no lleva oro como ofrenda sino mirra, símbolo de humanidad, la sangre y el dolor. Es como si dijese: “Te traigo mirra, porque reconozco en ti al Hijo de Dios que ha de sufrir y derramar su sangre por salvar a la humanidad doliente”.

En 1601 los letrados de Londres encargaron a Shakespeare la obra de teatro: “Noche de Reyes”, representada ante la reina Isabel I. Fue la primera vez que se vio un Baltasar negro. Con el paso de los siglos, la leyenda de los tres Reyes Magos siguió. Dicen que se convirtieron en viajeros y después de años llegaron a la India, donde fueron bautizados por el apóstol Santo Tomás y nombrados obispos, dedicando el resto de sus vidas a la evangelización.

Por: Maruja Muñoz

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