Como lo dijimos en esta columna, en el 2009 mi mejor regalo fue ver el cambio de actitud de los arequipeños, que auguraba hacer de Arequipa la gran capital del sur peruano. Los tres centros comerciales que abrieron después son evidencia de que esta ciudad, antes opuesta a la inversión, ha captado la confianza de los inversionistas. Ella tendrá una gran Navidad este año.
Mi regalo de Navidad del 2010 no podía ser otro que el Premio Nobel que ofreció a los peruanos Mario Vargas Llosa. Ese regalo es inmenso porque el laureado representa al Perú y es generoso en reconocerlo abiertamente. Sin duda es arequipeño, pues nació allí, y nadie lo podría negar, pues hasta le da la nevada, como cuando llamó cacasenos a algunos políticos.
También los piuranos lo reclaman, con razón, como ¡gua! paisano, pues vivió intensamente en Piura y lo demuestran “La Casa Verde”, La Chunga, Lituma y otros personajes de sus novelas. Y, sin duda, el escritor es de Lima, Ciudad de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe… y de los Vargas, un migrante más en esta urbe donde al juntarse todas las regiones se empieza a generar, por primera vez en nuestra historia, la verdadera nación peruana.
Pero, además de ser del norte, del sur y del centro, serrano y costeño, provinciano y capitalino, el Nobel es también de fuera, como millones de peruanos que viven en el exterior y lo miran con nostalgia. “Yo soy el Perú”, dijo hace poco, y es cierto.
Y como esta es una columna empresarial vale remarcar que, además de la alegría, el Nobel peruano nos traerá sin duda beneficios más tangibles. Si un país es capaz de generar un Premio Nobel, dirán afuera, debe tener también otros productos de altísima calidad.
¿La prueba de que todos ganamos? Mi esposa y yo estábamos en un restaurante en Madrid cuando se anunció el premio y Lucio, el dueño, al saber que éramos del Perú, nos regaló un trago.
Luego exageró su orgullo diciendo que Vargas Llosa cenaba allí ¡50 veces al año! Gracias, don Mario, por el trago y por esta feliz Navidad para todos los peruanos.
Por: Rolando Arellano
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