En la dedicatoria de El Príncipe a Lorenzo de Médicis, su autor dice que el conocimiento que ha alcanzado de los grandes hombres -y cuyo recuento ofrece en este breviario- ha resultado de la "larga experiencia de las cosas modernas y la incesante lectura de las antiguas".
Maquiavelo supo conquistar la autonomía para la ciencia política en cuanto al tratamiento científico de la nueva disciplina, cuyo objeto específico sería, en adelante, el estado al que habría que estudiar, no por deducciones metafísicas, sino por los métodos de observación directa de la ciencia moderna, no imaginando lo que se quisiera que fuera, sino atendiéndose estrictamente a la verdad efectiva de la cosa, como lo hizo el escritor florentino.
Es hasta el siglo XX cuando se enjuicia equilibradamente la obra maquiaveliana, para lo cual era necesario que saliera del teatro de la guerra ideológica, para entrar en la serenidad de la historia.
Nicolás Maquiavelo (1513) El Príncipe
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