14 de febrero de 2013

LÍQUIDO Y SOLUBLE

En esta fecha quisiera compartir una reflexiones de un contemporáneo de la Sociología (y no por contemporáneo menos importante que los clásicos) me refiero al gran Zygmunt Bauman, quién hace unos años escribió "Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos", obra que ha venido a trastocar los viejos paradigmas sobre el amor, los sentimientos y las relaciones humanas. 

Estas reflexiones, a manera de consejos, se pueden observar cada vez más en esta mundo líquido tan cambiante y tan impredecible:

  • Las relaciones, como los autos, deben ser sometidas regularmente a una revisión para determinar si pueden continuar funcionando.
  • El compromiso a largo plazo es una trampa que el empeño de relacionarse debe evitar a toda costa. Al comprometerse, usted debe recordar que tal vez esté cerrándole la puerta a otras posibilidades amorosas que podrían ser más satisfactorias y gratificantes.
  • Las promesas de compromiso a largo plazo no tienen sentido. Al igual que otras inversiones, primero rinden y luego declinan. Si usted quiere relacionarse, será mejor que se mantenga a distancia; si quiere que su relación sea plena, no se comprometa ni exija compromisos. Mantenga todas sus puertas abiertas permanentemente.
  • Es imposible aprender a amar. Cuando llegue el momento, el amor y la muerte caerán sobre nosotros, a pesar de que no tenemos ni un indicio de cuándo llegará ese momento. Nos tomará desprevenidos.
  • Podemos enamorarnos más de una vez; la definición romántica del amor ("hasta que la muerte nos separe") está decididamente pasada de moda, ya que ha trascendido su fecha de vencimiento debido a la reestructuración radical de las estructuras de parentesco de las que dependía y de las cuales extraía su vigor e importancia.
  • En todo amor hay por lo menos dos seres, y cada uno de ellos es la gran incógnita de la ecuación del otro.
  • La promesa de aprender el arte de amar es la promesa (falsa, engañosa, pero inspiradora del profundo deseo de que resulte verdadera) de lograr experiencia en el amor como si se tratara de cualquier mercancía.
  • En lo que al amor se refiere, la posesión, el poder, la fusión y el desencanto son los cuatro jinetes del Apocalipsis.
  • El amor es un préstamo hipotecario a cuenta de un futuro incierto e inescrutable.
  • El amor y la ansia de poder son gemelos siameses: ninguno de los dos podría sobrevivir a la separación.
  • AL igual que otros productos, la relación es para consumo inmediato y para uso único, sin perjuicios. Primordial y fundamentalmente, es descartable. Si resultan defectuosos o no son plenamente satisfactorios, los productos pueden cambiarse por otros, ¿acaso hay una razón para que las relaciones de pareja sean una excepción a la regla?
  • Estar en una relación significa un montón de dolores de cabeza, pero sobre todo una perpetua incertidumbre. Uno nunca puede estar verdadera y plenamente seguro de lo que debe hacer, jamás tendrá la certeza de que ha hecho lo correcto o de que lo ha hecho en el momento adecuado.
  • El amor es una de las respuestas paliativas a la bendición/maldición de la individualidad humana, uno de cuyos atributos es la soledad que provoca la condición de estar separado del resto.
  • Las relaciones deben pesar sobre los hombros como un abrigo ligero, que puede dejarse de lado en cualquier momento y que uno debe preocuparse más que nada de que no se conviertan, inadvertidamente y subrepticiamente en una coraza de acero.
  • Ni siquiera los matrimonios se realizan en el cielo, y lo que los seres humanos han unido puede ser disuelto por los seres humanos.
  • El viejo estilo de matrimonio "hasta que la muerte nos separe", ya desplazado por la reconocidamente temporaria cohabitación del tipo "veremos cómo funciona", es reemplazado ahora por una "reunión" de tiempo parcial y flexible.
Hasta aquí con algunas reflexiones de este sociólogo polaco; en resumen su libro parte de un presupuesto fundamental: al igual que el agua (líquido) el amor puede tomar la cualquier forma, dependiendo del recipiente (persona) que lo contenga, desde este enfoque resulta entonces apropiada la afirmación "Yo no me enamoro de un género, sino de un ser humano". ¡Feliz día de los enamorados!

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