2 de diciembre de 2012

¿Y LOS PADRES?

La educación nunca ha existido como la conocemos ahora, la idea de instrucción y de centros especializados para educar a las personas surgen a principios de la edad contemporánea, con la aparición de otra categoría sociológica hasta antes no tomada en cuenta: la niñez. Como consecuencia de la explotación de esta población de corta edad, surge la necesidad de protegerlos del la explotación laboral a la que estaban sometidos. hasta antes de la aparición de las escuelas y colegios toda la responsabilidad de la educación recaía sobre los padres de familia, quienes con la educación doméstica, se encargaban de proporcionar los elementos básicos para que sus hijos puedan afrontar su futuro. Los responsables de la buena o mala educación eran los padres.

Con la aparición de la escuela, el paradigma de la educación cambió, ya no son los padres los educadores, ahora se confía la educación de los niños a personas extrañas, pero preparadas, para afrontar la difícil (créanme, difícil) tarea de formas a un ser humano. Inicialmente la responsabilidad fue asumida por ambos agentes: padres y maestros eran los que coordinaban permanentemente sobre los avances y dificultades que el estudiante presentaba en el proceso de aprendizaje y de desarrollo cognitivo; de esta época destacan las famosas escuelas de padres (en mi opinión, muy inútiles e innecesarias, ya que nadie te puede preparar o enseñar a ser padre, nadie te puede decir cómo debes actuar ante las más difíciles y múltiples situaciones que se pueden presentar en el hogar), las asociaciones de padres de familia (APAFAS). Padres y maestros eran la combinación justa y necesaria para lograr una buena educación.

Hoy en día, los padres tienen tantas cosas que hacer, tienen que trabajar en más de un lugar para poder conseguir el sustento para sus familias (gastos de salud, educación, alimentación, transporte, vestimenta, recreación, etc.) descuidando a sus hijos, creyendo (absurdamente) que los profesores somos los sustitutos ideales ante su falta de preocupación pro sus hijos; de ahí que el único culpable de la mala educación del estudiante es el profesor, y los padres, bien gracias, con ellos no es el problema; creen que con pagar un colegio particular, comprar libros y útiles de las mejores marcas, ponerles Internet, etc., ya cumplieron su rol en el proceso educativo. Al fin de cuentas para eso se les paga. Craso error.

Los sucedido en el Cusco esta semana, la trágica muerte de un escolar de 15 años, no es más que el reflejo de la falta de preocupación de los padres por la educación de sus hijos, la demasiada confianza en la escuela y los maestros y la falta de interés por parte de maestros y autoridades escolares por los problemas de los estudiantes, letal combinación que conllevó a la muerte de un escolar, según informes, víctima de maltratos por parte del asesino.

El tema del maltrato escolar, hoy llamado Bullying, siempre ha existido (sino que tire la primera piedra quien en su etapa escolar no maltrató o fue maltratado por sus compañeros de clase); el problema está en que antes la solución la buscaban los padres y maestros ya que había una mayor preocupación por la formación de los estudiantes, hoy en día los padres ni se preocupan los revisar los cuadernos o agendas, no saben lo que sus hijos ven en Internet, con quiénes salen o a dónde salen y los únicos culpables son los maestros.

Mis recomendaciones, y por la mi experiencia en la enseñanza escolar: nunca confíen en sus hijos, por más que ustedes mismos los hayan educado ya que el mundo de sus hijos no es solo la familia y no están siempre con ellos para saber qué tipo de influencias tienen; siempre que sea posible vayan al colegio, nunca está demás saber como se comporta su hijo en clases ya que han habido muchos casos en los que en la casa son santos y se convierten en diablos en el colegio; háganse amigos de sus hijos sin que estos se den cuenta, preocúpense por sus cosas, sus gustos, sus alegrías y tristezas, hay veces que es mejor un amigo que una figura de autoridad; y por último y si lo anterior los asusta, mejor no tengan hijos, se evitarán graves disgustos, ayudaran a disminuir el crecimiento poblacional y la Tierra les agradecerá por reducir el número de agentes contaminantes.

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