Corrupción, tipo de conducta que viola los valores reconocidos, los principios morales básicos, las normas sociales, las leyes y los deberes propios de un cargo por la pretensión de obtener ventajas personales en perjuicio de la comunidad. Esta es una definición sencilla y clara de uno de los problemas que más ha aquejado a nuestra república durante toda su historia y que en los últimos días ha tomado mayor notoriedad debido a dos acontecimientos que parecían olvidados por la población, pero que no deben ser tomados a la ligera, sino más bien debemos mantenernos alertas y nos ser cómplices silenciosos de ellos.
Un tema con claras evidencias de corrupción (sino fuera así no se habría iniciado investigación fiscal) es el caso de los denominados Narcoindultos. Este caso compromete directamente al ex presidente de la Comisión de gracias presidenciales, Facundo Chinguel (quien se encuentra preso) y al ex ministro de justicia del segundo gobierno aprista, Aurelio Pastor; en resumen la tesis que plantea la Fiscalía es que la denominada "Política de indultos" para reducir el número de reos y despoblar las tugurizadas prisiones no fue otra cosa que el perdón de dichas penas a cambio de ingentes sumas de dinero, ya que dichas gracias presidenciales, en su mayoría, fueron otorgadas a condenados por tráfico ilícito de drogas. El ex ministro Pastor, en una primer momento manifestó que su portafolio era una simple "mesa de partes" y que él solo firmaba dichas resoluciones; sin embargo, el pasado domingo el programa Cuarto Poder emitió un vídeo en el que se puede observar a Pastor haciendo lobby en las propias cárceles, ofreciendo indultos y ordenando la elaboración de expedientes "para firmarlos esta misma semana"; este vídeo no hace sino mostrar el real papel que cumplió Pastor cuando fue ministro de Justicia (9 meses), periodo en el cual se dieron más de 1000 indultos.
El otro caso es el denominado "Comunicore"; justo el día de hoy el Poder Judicial determinó que el ex alcalde limeño no tuvo ninguna relación con los actos de corrupción ventilados en dicho proceso. Para conocimiento general, este caso se resume en el hecho de que la Municipalidad de Lima tenía una deuda de millones de soles, de un momento a otro la municipalidad, bajo la alcaldía de Castañeda, decidió pagar dicha deuda usando como intermediarios a pobladores de escasos recursos, los mismos que manifestaron haber recibido 100 soles por ese "trámite"; en total se calcula que más de 20 millones de soles que han "desaparecido" misteriosamente bajo las narices de Castañeda Lossio; si bien es cierto con la resolución emitida por el Poder Judicial el día de hoy, Castañeda no podrá ser investigado, sus funcionarios de la municipalidad si están inmersos en el proceso y podrían dar mayores luces sobre lo que realmente pasó.
Estos casos son solo dos muestras de una realidad que creíamos superada: la corrupción sigue tan vigente hoy en día como lo estuvo en el gobierno de Fujimori y antes, la diferencia es que hoy es más notoria gracias a los modernos medios de comunicación que nos permiten conocer las reales facetas de nuestros políticos. Nuestra labor como sociedad debe ser de vigilia, existen mecanismos de participación ciudadana que nos dan ese derecho y obligación, no permanezcamos inertes ante el mal accionar de nuestra autoridades, vigilemos, participemos y fiscalicemos, solo de esta forma dejaremos de ser cómplices de este mal que tanto daños y que tanto le cuesta a nuestro país.
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