Luego de pasadas las fiestas, es oportuna una pequeña reflexión no sobre el mensaje presidencial del 28 de julio, sino de los mensajes que hemos recibido en la pasada semana patriótica, ensayamos algunas opiniones.
El primer mensaje fue dado el a inicios de semana, el lunes 23, el ex ministro de justicia, Juan Jimenez asumía la difícil tarea de ser el portavoz oficial del gobierno al asumir la Presidencia del Consejo de Ministros, en reemplazo del ya gastado e incómodo Oscar Valdez; este primer mensaje fue un mensaje político, cambio en 6 ministerios y los demás quedaban intactos, el mensaje fue claro: la búsqueda no de políticos de "carrera" sino de tecnócratas especialistas en sus respectivos ámbitos de acción; Humala está cayendo en el juego de los medios de comunicación que pedían para antes del 28 de julio un nuevo gabinete (¿de cuando acá cada 28 de julio deben de jurar nuevos ministros) pero el presidente actuó como el solo lo sabe hacer, con sorpresas.
El segundo mensaje fue en la Misa y Te deum del 28 en la mañana, es lamentable, despreciable y patético como el cardenal Cipriani ha convertido el púlpito en su escaño político personal y que lo use cada vez que le de la gana y cada vez que tiene un problema personal (sobre todo si es económico) de sus supuestos opositores; soy católico, apostólico y romano, pero para nada me siento representado ni mucho menos comparto las absurdas expresiones del impresentable y sátrapa de Cipriani, su actitud este sábado nos muestra la forma "tan democrática y tolerante" como quiere manejar la PONTIFICIA Universidad CATÓLICA del Perú.
El tercer mensaje fue el del presidente Humala, un mensaje muy detallado e innecesario, ya que para eso se presentaran todos sus ministros en agosto, los anuncios (no necesariamente importantes): reforma constitucional para incluir el derecho al agua, aumentos salariales a la PNP, FF AA; reforma de la carrera pública magisterial y aumento a los maestros, reducción de la pobreza en un 15% al 2016, incentivos a los médicos que decidan laborar en zonas rurales, masificación del uso doméstico del gas natural, creación de la Escuela de Administración pública, reforma del SNIP, la creación del seguro oncológico gratuito, fortalecimiento de las empresas estatales, etc. A diferencia de muchos amigos y colegas, creo que la ausencia del tema Conga en el discurso fue uno de los pocos aciertos del discurso presidencial, no hay que darle gusto a revoltosos como Santos, Arana, etc., dándoles el gusto de ser nombrados por el presidente, lo que si debe replantearse este gobierno es la nueva lógica para evitar conflictos sociales similares y el adecuado manejo de los conflictos heredados de la administración García.
El cuarto mensaje lo dio el presidente en la puerta de palacio de Gobierno, una vez acabada la ceremoniocidad del discurso oficial, manifestó cosas que por ser dichas no necesariamente son para temer, como por ejemplo el hecho de reconocer de que en un año no se han hecho todas las cosas que el quería o que he cometido muchos errores y que de ellos está aprendiendo, por lo menos tenemos un presidente que si bien es cierto no habla mucho, las pocas veces que lo hace reconoce sus errores como cualquier ser humano común y corriente (no como García o Toledo); lo que me lleva a una reflexión final, especialmente a los opositores que dicen que a un año ellos hubieran hecho más cosas, el Estado aún es muy lento, incluso para quien toma las más altas decisiones, en campaña podemos decir que vamos ha hacer mil obras, pero una vez en el poder, vemos que no es tan fácil como se creía; o como graciosamente y popularmente se dice: "una cosa es con guitarra y otra con cajón".
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