Conversamos con Francisco Alburquerque, quien estuvo en nuestro país para dictar un taller para profesores de la Maestría en Gerencia Social y que será docente de la nueva Mención en Gerencia del Desarrollo Económico Local, a dictarse a partir del próximo año, en coordinación con el Consorcio de Organizaciones Privadas de Promoción de Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (COPEME).
¿Cuáles son los objetivos que persigue el Desarrollo Económico Local (DEL)?
Normalmente, cuando se habla de desarrollo se tiende a hacer una abstracción excesiva pensando en términos económicos del país (PBI, crecimiento, etc.), pero no se suele hablar sobre cómo esta situación afecta la calidad de vida de las personas de una localidad. En el DEL primero pensamos en la gente, vemos las potencialidades de su territorio y cómo se organiza su actividad productiva para generar empleo, mejorar sus condiciones de vida y proteger el medio ambiente donde habita.
Los conceptos de economía y medio ambiente se encuentran tradicionalmente enfrentados y en pro del “desarrollo”, uno prepondera sobre el otro.
Este antagonismo no es muy inteligente porque cualquier opción que destruya el medio ambiente no tiene futuro. Lo inteligente es regenerar el capital natural de manera sostenible; de lo contrario, estaremos perdidos. Normalmente, en el mundo empresarial, al hablar de medio ambiente se piensa en costos de producción elevados y menos ganancia, pero no en términos de innovación tecnológica organizativa o deproducto diferenciado. Hay que trabajar haciendo propuestas coherentes a mediano y largo plazo.
¿Qué rol juega la innovación en la actividad empresarial?
Para mí, el desarrollo es sobre todo innovación, pero en el sentido más amplio, no solo tecnológica sino también social, organizativa, medio ambiental, institucional. Si deseas mejorar la forma cómo tratas a la naturaleza y conseguir un incremento sostenido de la productividad, tienes que innovar. Para ello, los municipios, las universidades y el mundo empresarial deben trabajar mucho más de la mano para mejorar la educación y crear plataformas de aprendizaje colectivo.
Ud. lleva más de dos décadas dedicadas al fomento del DEL en América Latina y el Caribe. ¿Cómo ha visto el proceso de implementación de estas ideas?
Diría que excesivamente lento, pero eso tiene que ver más con mis deseos. Todavía no hemos logrado que el DEL se reconozca como parte de una política nacional de desarrollo. En algunos países, figura más como programa que como política de gobierno. No obstante, sí ha habido avances: hace diez años esto sería parte de una conversación de un gueto y hoy estamos hablando en una universidad latinoamericana importante.
¿Qué ejemplo tangible de aplicación del DEL puede darnos?
En América Latina es emblemática la experiencia “el ABC paulista” de Brasil, una asociación formada por los municipios de Santo André, São Bernardo do Campo y São Caetano do Sul, que inicialmente surgió para mejorar el abastecimiento de agua en la zona y luego pasó a ser una región industrial con participación de muchos actores (NDR: fue el primer centro de la industria automotriz brasileña). Otra experiencia importante es la ciudad de Rafaela (Argentina), que es una población de cien mil habitantes donde existe un acuerdo temprano de formación de capital social, en donde actores del sector público y privado sitúan los temas del desarrollo productivo más allá de su color político, con pactos a largo plazo.
Muchos estados, al hablar de políticas de apoyo o de inclusión, crean programas transitorios de subvención económica que luego se vuelven fijos. ¿Cómo se da el salto de la dependencia al desarrollo productivo?
Yo me imagino que los políticos que caen en la tentación del voto fácil y del subsidio permanente, piensan que solo así pueden seguir teniendo los votos y el reconocimiento de los beneficiarios. Pero es una trampa a mediano plazo porque esa mentalidad pasiva del subsidio no genera, ni por parte del que la recibe ni por quien lo da, una actitud creativa o emprendedora que permita ver qué se puede hacer con los recursos que se tienen en el territorio.
Antes se decía: “En vez de darle peces, enséñale a pescar”; ahora habría que añadir: “… y asegúrate que haya agua”. Desde la política, se deben hacer apuestas por la innovación creativa aunque tarden en madurar más allá del periodo electoral. El desarrollo de mediano y largo plazo requiere una comprensión del emprendimiento productivo y un cambio cultural mucho mayor.
¿Es negativo o positivo que un programa social del Estado otorgue incentivos económicos por metas alcanzadas?
Depende de las metas. Si se trata del grado del fortalecimiento de los acuerdos entre actores privados empresariales, gobiernos locales, universidades, etc., pues me parecería estupendo. Lo importante no es la discusión de incentivos sino la discusión de la estrategia. Si no sabes adónde vas, no llegas a ninguna parte.
¿Qué características tiene la nueva Maestría en Gerencia Social con Mención en Gerencia del Desarrollo Económico Local?
Fue el resultado de la convicción de que si solo formábamos a personas que gerenciaran fondos sociales, nos quedábamos a mitad de camino. Necesitábamos cerrar el círculo y para ello teníamos que desarrollar habilidades para identificaroportunidades productivas y de empleo. Gracias a la comprensión de la PUCP, abrimos esta mención en DEL, para que la gente que hace gerencia social pueda especializarse en las tareas de promoción, diseño y ejecución de políticas, sin depender del gobierno nacional o de la cooperación internacional. Tendrá unametodología teórico-práctica, estudiaremos casos cercanos e invitaremos a actores metidos en proyectos interesantes, que a veces enseñan más que los académicos. Queremos convertir a la maestría en un foro amplio de aprendizaje colectivo, donde los profesores puedan ser alumnos y viceversa. Si lo logramos, habremos conseguido un salto de calidad importante.
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