30 de octubre de 2012

¿QUÉ ES LA CIENCIA POLÍTICA?

Martín Tanaka, doctor en Ciencia Política y docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú lo explica.


28 de octubre de 2012

ENTREVISTA A FRANCISCO ALBURQUERQUE

Conversamos con Francisco Alburquerque, quien estuvo en nuestro país para dictar un taller para profesores de la Maestría en Gerencia Social y que será docente de la nueva Mención en Gerencia del Desarrollo Económico Local, a dictarse a partir del próximo año, en coordinación con el Consorcio de Organizaciones Privadas de Promoción de Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (COPEME).

¿Cuáles son los objetivos que persigue el Desarrollo Económico Local (DEL)?
Normalmente, cuando se habla de desarrollo se tiende a hacer una abstracción excesiva pensando en términos económicos del país (PBI, crecimiento, etc.), pero no se suele hablar sobre cómo esta situación afecta la calidad de vida de las personas de una localidad. En el DEL primero pensamos en la gente, vemos las potencialidades de su territorio y cómo se organiza su actividad productiva para generar empleo, mejorar sus condiciones de vida y proteger el medio ambiente donde habita.

Los conceptos de economía y medio ambiente se encuentran tradicionalmente enfrentados y en pro del “desarrollo”, uno prepondera sobre el otro.
Este antagonismo no es muy inteligente porque cualquier opción que destruya el medio ambiente no tiene futuro. Lo inteligente es regenerar el capital natural de manera sostenible; de lo contrario, estaremos perdidos. Normalmente, en el mundo empresarial, al hablar de medio ambiente se piensa en costos de producción elevados y menos ganancia, pero no en términos de innovación tecnológica organizativa o deproducto diferenciado. Hay que trabajar haciendo propuestas coherentes a mediano y largo plazo.

¿Qué rol juega la innovación en la actividad empresarial?
Para mí, el desarrollo es sobre todo innovación, pero en el sentido más amplio, no solo tecnológica sino también social, organizativa, medio ambiental, institucional. Si deseas mejorar la forma cómo tratas a la naturaleza y conseguir un incremento sostenido de la productividad, tienes que innovar. Para ello, los municipios, las universidades y el mundo empresarial deben trabajar mucho más de la mano para mejorar la educación y crear plataformas de aprendizaje colectivo.

Ud. lleva más de dos décadas dedicadas al fomento del DEL en América Latina y el Caribe. ¿Cómo ha visto el proceso de implementación de estas ideas?
Diría que excesivamente lento, pero eso tiene que ver más con mis deseos. Todavía no hemos logrado que el DEL se reconozca como parte de una política nacional de desarrollo. En algunos países, figura más como programa que como política de gobierno. No obstante, sí ha habido avances: hace diez años esto sería parte de una conversación de un gueto y hoy estamos hablando en una universidad latinoamericana importante.

¿Qué ejemplo tangible de aplicación del DEL puede darnos?
En América Latina es emblemática la experiencia “el ABC paulista” de Brasil, una asociación formada por los municipios de Santo André, São Bernardo do Campo y São Caetano do Sul, que inicialmente surgió para mejorar el abastecimiento de agua en la zona y luego pasó a ser una región industrial con participación de muchos actores (NDR: fue el primer centro de la industria automotriz brasileña). Otra experiencia importante es la ciudad de Rafaela (Argentina), que es una población de cien mil habitantes donde existe un acuerdo temprano de formación de capital social, en donde actores del sector público y privado sitúan los temas del desarrollo productivo más allá de su color político, con pactos a largo plazo.

Muchos estados, al hablar de políticas de apoyo o de inclusión, crean programas transitorios de subvención económica que luego se vuelven fijos. ¿Cómo se da el salto de la dependencia al desarrollo productivo?
Yo me imagino que los políticos que caen en la tentación del voto fácil y del subsidio permanente, piensan que solo así pueden seguir teniendo los votos y el reconocimiento de los beneficiarios. Pero es una trampa a mediano plazo porque esa mentalidad pasiva del subsidio no genera, ni por parte del que la recibe ni por quien lo da, una actitud creativa o emprendedora que permita ver qué se puede hacer con los recursos que se tienen en el territorio.

Antes se decía: “En vez de darle peces, enséñale a pescar”; ahora habría que añadir: “… y asegúrate que haya agua”. Desde la política, se deben hacer apuestas por la innovación creativa aunque tarden en madurar más allá del periodo electoral. El desarrollo de mediano y largo plazo requiere una comprensión del emprendimiento productivo y un cambio cultural mucho mayor.

¿Es negativo o positivo que un programa social del Estado otorgue incentivos económicos por metas alcanzadas?
Depende de las metas. Si se trata del grado del fortalecimiento de los acuerdos entre actores privados empresariales, gobiernos locales, universidades, etc., pues me parecería estupendo. Lo importante no es la discusión de incentivos sino la discusión de la estrategia. Si no sabes adónde vas, no llegas a ninguna parte.

¿Qué características tiene la nueva Maestría en Gerencia Social con Mención en Gerencia del Desarrollo Económico Local?
Fue el resultado de la convicción de que si solo formábamos a personas que gerenciaran fondos sociales, nos quedábamos a mitad de camino. Necesitábamos cerrar el círculo y para ello teníamos que desarrollar habilidades para identificaroportunidades productivas y de empleo. Gracias a la comprensión de la PUCP, abrimos esta mención en DEL, para que la gente que hace gerencia social pueda especializarse en las tareas de promoción, diseño y ejecución de políticas, sin depender del gobierno nacional o de la cooperación internacional. Tendrá unametodología teórico-práctica, estudiaremos casos cercanos e invitaremos a actores metidos en proyectos interesantes, que a veces enseñan más que los académicos. Queremos convertir a la maestría en un foro amplio de aprendizaje colectivo, donde los profesores puedan ser alumnos y viceversa. Si lo logramos, habremos conseguido un salto de calidad importante.

21 de octubre de 2012

MANUAL DE METODOLOGÍA. CONSTRUCCIÓN DEL MARCO TEÓRICO, FORMULACIÓN DE LOS OBJETIVOS Y ELECCIÓN DE LA METODOLOGÍA.


El presente manual es producto de la experiencia del curso de formación a distancia Teorías, objetivos y métodos de la investigación social dictado en 2004 en el Campus Virtual de CLACSO gracias al patrocinio de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional, Asdi. El propósito del curso, que contó con la participación de estudiantes e investigadores de distintos países latinoamericanos, fue discutir el papel de la teoría en la primeras etapas de un diseño de investigación social. El manual contiene los ejercicios que formaron parte del curso virtual, con sus respectivas respuestas. Espero que sea de mucha utilidad.
SAUTU, R. et. al. (2005): Manual de Metodología. CLACSO.

18 de octubre de 2012

¿QUÉ ES UN MOVIMIENTO SOCIAL?

Maritza Paredes, magíster en Administración Pública y docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), explica las características de los movimientos sociales.


17 de octubre de 2012

1821: ALGUNAS HIPÓTESIS

El proceso de independencia, al igual que el de descubrimiento y conquista, no fue originario ni mucho menos tomó en cuenta la realidad socioeconómica nacional muy distinta a la europea. Mientras que en el viejo continente las ideas de la Revolución Francesa eran compartidas por las mayorías, es en ese marco político que los libertadores se formaron y fueron esas ideas las que trajeron: “libertad política, voluntad general y soberanía del pueblo” (Neira 2010: 65). Deshechos los intentos monárquicos de San Martín y terminada la influencia de Bolívar en el Perú, se restaura la Constitución de 1823, la misma que establece que la nación peruana se denominaría “República peruana”, con un gobierno popular representativo y cuya soberanía residía en la nación, independiente de toda monarquía o dominio extranjero. Si bien es cierto que Estado no es gobierno, tal vez la primera hipótesis de trabajo es que la naciente y joven patria necesitaba de una denominación (en ese momento las ideas políticas mundiales apuntaban a la decadencia de las monarquías absolutas e imperialismos coloniales, y al auge de las ideas republicanas) por lo que se decidió adoptar el nombre de “República” a pesar de que de república tenía muy poco o nada ya que la herencia colonial se mantuvo durante muchos años más posteriores a 1821, tanto en la forma de organización social, política y económica. 

La segunda hipótesis de trabajo es que el nuevo Estado peruano no contaba con los elementos básicos que garantizaran la dominación y el control político sobre la población y que mantuviera el orden y la seguridad: ejército, impuestos y aparato administrativo. La naciente república no contaba con un ejército propio, ya que la gran mayoría formaron parte del ejército realista, por lo que los libertadores tuvieron que conformar un “ejército” con el pueblo, lo que se conoció como los montoneros (personajes de las clases medias y bajas que decidieron apoyar la causa independentista por beneficios económicos); no se contaba con impuestos propios, ya que el control de las cajas reales aún estaba en poder de los españoles que aprovecharon sus últimos días en el virreinato del Perú para saquearlas, dejando a los caudillos militares sin dinero para solventar los gastos de la independencia, lo que generó una agresiva política de empréstitos internacionales; y, finalmente, no se contaba con un aparato administrativo propio, sino con los rezagos que quedaron de la organización administrativa colonial. Se suponía que con la independencia se debería de organizar un nuevo cuerpo de leyes, de acuerdo a la nueva estructura política y jurídica, pero esto no se dio hasta 1845, en que se empiezan a aprobar los nuevos códigos (en el gobierno de Ramón Castilla). 

Una última hipótesis de trabajo es que los padres fundadores de la patria no tomaron en cuenta a la población para ocupar los nuevos puestos y cargos administrativos creados. Los congresistas eran elegidos entre los personajes notables (entiéndase por notables: con educación, prestigio y dinero) de la ciudad; de esta manera el Estado peruano quedó en manos, inicialmente, de un grupo de poder militar (lo que Basadre llamó el primer militarismo) y luego por personajes adinerados que contaban con ingentes recursos económicos para poder acceder al poder político (recordemos a Manuel Pardo y Lavalle, primer presidente civil). De esta manera el debate entre conservadores y liberales fue ganado por los primeros, para quienes el pueblo no tenía capacidad para hacer leyes, para decidir sobre la forma de gobierno ni para ejercer soberanía.

14 de octubre de 2012

CHAVISMO Y AUTORITARISMO

El triunfo –aparentemente sin fraude– de Hugo Chávez el domingo pasado demostró de nuevo que Venezuela no es una plena dictadura. La oposición competió seriamente por el poder a través de elecciones. La elección generó incertidumbre. De hecho, muchos antichavistas creían que el candidato opositor, Henrique Capriles, iba a ganar. Pero todavía no era la hora de Capriles.

Chávez ganó por tres razones principales. La primera es el gasto social. Gracias a los ingresos extraordinarios generados por el petróleo (más de $ 600 mil millones en la última década), el gobierno de Chávez ha invertido una enorme cantidad de dinero en programas de salud, educación, nutrición, vivienda y pensiones. Estos programas sociales son marcados por la ineficiencia y la politización. Han generado relaciones clientelistas. Y, en términos fiscales, son poco sostenibles (muchos analistas esperan una fuerte resaca –con devaluación– después de la fiesta electoral). Pero es innegable que han tenido efectos positivos. El nivel de pobreza ha bajado de casi 60% a menos de 30%. Ha habido una tremenda expansión de acceso a asistencia médica; la población universitaria ha duplicado; y la población con acceso a pensiones ha cuadruplicado. Y el nivel de desigualdad ha bajado: el índice de GINI cayó de .49 a .39, uno de los más bajos de América Latina. A pesar de la inflación y la tremenda inseguridad, entonces el nivel de vida de mucha gente ha mejorado bajo Chávez.

Segundo, Chávez sigue beneficiándose del populismo. Como Fujimori, Chávez derrotó a una élite política detestada por una gran parte de la población. Y como la oposición a Fujimori en los años noventa, la asociación del antichavismo con los partidos tradicionales ha sido una cruz pesada. Capriles intentó distanciarse de la vieja clase política, pero en un país polarizado entre chavistas y antichavistas no lo pudo hacer por completo. 

Tercero, Chávez ganó porque la elección no fue justa. Fue limpia en el sentido de que no hubo fraude, pero el abuso masivo del poder le dio una ventaja enorme a Chávez. Los abusos son conocidos: el cierre de RCTV y decenas de radios, el arresto o exilio de figuras políticas y mediáticas importantes (Manuel Rosales, Osvaldo Álvarez, Guillermo Zuluaga), el hostigamiento a periodistas y activistas de derechos humanos, las listas negras (Lista Tascon) y el uso masivo y sistemático de las instituciones y los recursos públicos para fines partidarios. La elección puede haber sido técnicamente limpia, pero no fue para nada justa. 

No hay democracia en Venezuela. En democracia se respetan las libertades básicas de asociación, expresión y prensa. Los que critican al gobierno no son castigados. Y la oposición compite en condiciones mínimamente equitativas. Estas condiciones dejaron de existir en Venezuela hace varios años. 

Si Venezuela no es ni dictadura ni democracia, ¿qué es? Es autoritario competitivo, como el Perú de Fujimori. A diferencia de las dictaduras militares o de partido único, el autoritarismo competitivo es un régimen híbrido: hay instituciones democráticas que no son fachadas. Hay medios independientes y partidos de oposición, y la oposición compite seriamente por el poder (a veces gana, como en Nicaragua en 1990). Pero compite en una cancha desigual. Tiene menos recursos, menos acceso a los medios, sus líderes y activistas sufren varios tipos de hostigamiento y encuentran que, en vez de ser árbitros neutrales, las instituciones del Estado (Poder Judicial, organismos electorales, Sunat) se utilizan como armas en su contra. Jorge Castañeda describió las elecciones de 1994 en México –otro caso de autoritarismo competitivo– como un “partido de fútbol en el cual los arcos son de distintos tamaños y un equipo tiene 11 jugadores más el árbitro y el otro equipo tiene seis o siete jugadores”. El segundo equipo puede ganar, pero es muy difícil.

Venezuela bajo Chávez y Perú bajo Fujimori son casos ejemplares del autoritarismo competitivo. De hecho, las calificaciones de la ONG norteamericana Freedom House para los dos países son muy parecidas. En una escala de 2 (más democrática) a 14 (más autoritaria), Perú recibe una calificación de 9 en 1998 y 1999 y Venezuela recibe una de 9 en el 2010 y una de 10 en el 2011. Para los que criticamos el autoritarismo de Fujimori, entonces sería una tremenda hipocresía aplaudir la reelección de Chávez, cuyo régimen es igualmente autoritario.

Para Chávez, la ventaja del autoritarismo competitivo es que las elecciones le dan un nivel de legitimidad que no existe bajo una dictadura tradicional. Después de su triunfo electoral, es más difícil tratar a Chávez como un autócrata (aunque lo es). Algo parecido ocurrió en el Perú después de las elecciones de 1995 (y aún en el 2000).

Pero, a pesar de su legitimidad electoral, el régimen chavista tiene varios puntos de vulnerabilidad. Uno de ellos es la sucesión. Los regímenes autoritarios más duraderos tienen partidos fuertes capaces de organizar la sucesión, como Malasia o México bajo el PRI. Pero en los regímenes personalistas, como Perú, Venezuela o Argentina bajo Perón, la sucesión es un campo de minas. En Perú, por ejemplo, la necesidad de tener a Fujimori como candidato en el 2000 (porque ningún otro fujimorista podía ganar) fue fatal para el régimen. Chávez enfrenta el mismo problema, y el problema se agudiza por su cáncer. Todo está construido alrededor de su persona y depende casi totalmente de él. El sistema chavista está basado en dos pilares precarios: Chávez y el petróleo. Si se elimina uno, el régimen puede colapsar rápidamente.

Por: Steven Levitsky

12 de octubre de 2012

LAS MONARQUÍAS

En primer lugar hablaremos de las monarquías feudales. Es menester recordar que el feudalismo fue un sistema político, económico y social que se basó en la posesión de la tierra (del feudo); no existía aún la noción de Estado tal como la conocemos, por lo tanto el poder estuvo descentralizado en los señores feudales, quienes eran los poseedores de las tierras y eran servidos por los vasallos, estableciéndose una relación directa entre señor feudal y vasallo. La titularidad del poder la tenía Dios (producto del proceso de educación que estaba en manos de la iglesia católica), la misma que era “otorgada” a los reyes por el Papa; pero los reyes no eran más que figuras decorativas sin ningún poder absoluto. Quién realmente ejercía el poder era el señor feudal. Recordemos que incluso, si un rey deseaba decretar una ley era necesaria la consulta a la población como un acto de aprobación. “La ley se hacía con conocimiento del pueblo y mediante la declaración del rey” (Fayt 1966: 44). En ese sentido el monarca se hallaba muy por debajo de la autoridad papal y feudal. La monarquía feudal no fue dominante ni despótica ni absoluta, por el contrario fue muy débil y descentralizada porque no pudo concentrar los elementos básicos del poder político: la formación de un ejército leal al Estado (ya que los monarcas feudales no podían correr el riesgo de armar a sus propios súbditos, ya que el peligro era muy grande), un sistema de recaudación de impuestos (ya que en el feudalismo las relaciones señor feudal-vasallos eran directas y personales, por lo que se podían abstener de pagar tributos si así lo deseaban) y porque no tuvo un aparato administrativo (burocracia) para poder mantener el orden social, “elementos que hacen posible las operaciones esenciales del poder, es decir, la acción, la decisión y la sanción” (Fayt 1966: 46). 

Ahora bien, el desarrollo de la monarquía absoluta se debió a que los señores feudales empezaron a perder a sus vasallos, producto de las constantes guerras que se sucedieron en el siglo XIV, como consecuencia de ello dejó de existir la relación descentralizada y personal y surge una relación mucho más coercitiva hacia una autoridad hasta esos momentos prácticamente desconocida: el monarca absolutista, quien, heredero de la “concepción divina del poder”, es el encargada de unificar a los diversos feudos que van quedando a su merced[1]: “la propiedad de la tierra tendió a hacerse menos condicional, al tiempo que la soberanía se hacía más absoluta” (Perry 1982: 14). Los instrumentos básicos del poder político se van haciendo más fuertes y se consolidan como elementos básicos del Estado absolutista: en primer lugar la formación de ejércitos nacionales leales (no los grupos mercenarios del feudalismo), la recolección de impuestos cuyo fin sería el mantenimiento de las campañas militares (ya que las guerras fueron fundamentales para la formación de los modernos Estados europeos, incluso Nicolás Maquiavelo recomendaba al príncipe conocer el arte de la guerra (Maquiavelo 2008)) y la creación de un aparato burocrático encargado de las funciones de la administración de justicia basada en el derecho clásico romano y de las funciones económicas como el comercio, lo que posteriormente dio impulso al mercantilismo y la aparición de la burguesía en el escenario político. 

De todas formas, tanto la monarquía feudal como la monarquía absolutista no hacen más que perpetuar la dominación política de una clase sobre otra, bajo la creencia de que, según Theimer, la clase baja (pueblo) es incapaz de gobernarse a sí mismo: “El pueblo no tiene cómo adoptar una decisión sensata” (Theimer 1960: 109). De esta manera se evidencia una vez más que el Estado no es imparcial, ni autónomo ya que siempre ha servido a los intereses de las clases dominantes. 


[1] Debemos tener en cuenta que muchos feudos quedaban desprotegidos de su señor feudal, ya que estos tenían entre sus actividades la guerra, y también participaron de varios enfrentamientos armados, muchos de ellos no regresan con vida, dejando sus feudos expuestos a invasiones, a sus vasallos con la libertad de irse o aceptar un nuevo señor y con un campesinado cada vez más explotado en su trabajo.

5 de octubre de 2012

BOND, JAMES BOND


Película. Medio de reproducción de series de imágenes y sonidos. A partir de los años 20 se ha convertido en un objeto de investigación de la sociología de los medios de comunicación de masas, que desde entonces ha estudiado la cinematografía como forma de expresión y cristalización de una determinada cultura colectiva o de sectores de esta cultura. 

Muchas películas han formado culturas populares que han trascendido el tiempo y el espacio: La guerra de las galaxias, el Señor de los anillos, Harry Potter, Titanic, etc. Pero antes que todas hay una saga de películas iniciada en los años 60 (para ser más exacto en 1962, el 5 de octubre: hace 50 años) que marcó un antes y después en los referente a la acción en el cine y a todo lo que hoy conocemos como merchandising comercial, me refiero a la saga de películas inspiradas en las novelas del escritor inglés Ian Fleming: James Bond.

James Bond ha sobrevivido a cincuenta años de aventuras. El agente 007es un ícono de la cultura popular y este texto le rinde homenaje como una forma de acercarnos a lo que ha contribuido con una franquicia exitosa. Estos son los rasgos más distintivos de la personalidad de un tipo que ha sabido mantenerse vigente pese a los cambios que hubo en el mundo.

James Bond no solo es un enólogo experto. Antes de que Daniel Craig arruinara la cultura etílica del agente 007 pidiendo una Heineken en “Skyfall” (2012), la última entrega del espía más querido de todos, este se acercaba al bar de un elegante casino y pedía: “Un martini, seco, con corteza de limón, sacudido, no agitado”.

El impecable smoking negro de James Bond es una marca de fábrica. Desde que Ian Fleming (el escritor que le dio vida al espía) lo retrató por primera vez, todos lo imaginamos en el libro “Casino Royale” fumando un puro y apostando decenas de fichas enfundado en un tuxedo. Y si está de descanso, una chaqueta azul o un cuello de tortuga de casimir. ¿Los zapatos? De las prestigiosas casas Churchs y John Lobb. ¿El reloj? Obvio, un Rolex. Elegancia completa.

Ni siquiera el pobre Lazenby (quién interpretara al agente 007 en una sola película) ha dejado de ser un tipo con actitud. Imposible que alguno de los Bond se acerque a la parodia. Jamás el agente 007 va a ser como el Superagente 86, y su frase “Mi nombre es Bond, James Bond” es casi una marca registrada. Aunque el genio productor de las primeras películas haya tenido un apellido con un toque divertido, Albert “Cubby” Broccoli supo elegir a actores que encarnaban perfectamente el toque de dureza y sarcasmo necesarios. Ian Fleming, el novelista que llevó al papel las aventuras del espía británico, declaró alguna vez que este es hijo de un caballero escocés. Eso explica muchas cosas.

Para que James Bond haya sido lo que es hoy, han pasado 23 películas oficiales (si contamos “Skyfall”) y tres no oficiales (en una de las cuales, “Nunca digas nunca jamás”, Sean Connery vuelve al papel que le dio fama). El agente secreto se ha convertido en un ícono de la cultura popular que ha trascendido la ficción en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, cuando Daniel Craig participó de la puesta en escena junto a la reina de Inglaterra. Todo porque se trata, según la revista Entertainment Weekly, del mejor héroe de ficción de todos los tiempos.

En sus primeras apariciones, el hoy cincuentón James Bond era casi un superhéroe: todos sus disparos iban al blanco, no se despeinaba en medio de una pelea y tampoco sangraba. Pierce Brosnan le dio ese aire humano que necesitaba en estos tiempos y, tras la caída de la cortina de hierro, aprendió a encontrar enemigos no entre espías comunistas, sino entre terroristas y dueños de corporaciones.

Son 87 las chicas Bond (solo en las películas). Cada cual más bella que la anterior. Desde Ursula Andress saliendo del mar en bikini hasta Bérénice Marlohe empuñando una pistola automática, todas pueden deslumbrar al agente. Y de paso, a los afiebrados espectadores. Solo una lo pudo cazar y fue Diana Rigg, encarnando a la guapa Teresa di Vicenzo, quien lo llevó al altar en “Al servicio de su majestad” (1969). Con tal mala fortuna que terminó siendo asesinada por los enemigos del mejor espía del MI-6.

El buen “Q” proveía a James Bond de los más inverosímiles objetos cotidianos modificados para un espía. Solo basta nombrar sus mil tipos de relojes: un reloj magnético, un reloj-sierra, un reloj-bomba, un reloj-láser y hasta un ridículo reloj que recibía mensajes impresos. A eso hay que sumarle un maletín que oculta cuchillos y bombas de humo, una férula de pierna que lanza misiles, un anillo que emite una frecuencia de ultrasonido y un jetpack para huir volando. ¿Para qué más?

Han sido 28 los autos que ha usado James Bond en sus películas y, de ellos, el más proletario debe haber sido un Chevrolet o un Audi de gama alta. Todos fueron personalizados con grandes avances tecnológicos que incluyen cosas como una máscara para la placa, metralletas en los faros o un eyector en el asiento del copiloto por si este intenta asesinarte (o no deja de preguntar a qué hora llegan).

Roger Moore, el hombre que más veces se ha vestido con el traje del 007 (ha participado en siete películas) afirma que el éxito de la saga se basa en una constante que se repite una y otra vez: “Es como un cuento infantil: mientras uno no se aleje demasiado del original, el niño estará feliz”, dijo. “El público recibe lo que espera: chicas hermosas, acción, artilugios. Es una fórmula”.

En los últimos 50 años, James Bond ha sido interpretado por todo tipo de actores, incluyendo una parodia sesentera que preferimos no citar. Los seis Bond oficiales han sabido encarnar, cada cual a su manera, las diferentes personalidades de un agente secreto que a ratos fue más duro y en otros momentos lucía irónico ante quien le apuntaba con un arma. Lo único que todos tenían en común era la licencia para matar.

1. Sean Connery. El primer –y definitivo– James Bond nació en Escocia y le ganó la pulseada a estrellas de la época como Cary Grant. Gracias a que Roger Moore participaba en la serie de TV “El santo”, pudimos ver a un actor entonces desconocido al servicio de la reina de Inglaterra. Abrió la historia cinematográfica del 007 con “Dr. No” () y actuó en otros cuatro filmes. Cuando todos pensaban que había colgado el smoking, volvió en “Los diamantes son eternos” (1971) y hasta participó en la no oficial “Nunca digas nunca jamás”, una adaptación de la mítica “Operación trueno”. Connery le agarró tanto cariño al papel que lo hizo famoso que hasta financió en parte este último filme.

2. George Lazenby. Tomó la posta de Connery en 1969 con “007: al servicio de Su Majestad”. El australiano nunca pudo igualar la performance del primero y su personaje parece signado por la mala suerte: es el único Bond que se casa y su esposa de ficción es asesinada por los enemigos del agente secreto. Además, en la única película que protagonizó tuvo problemas con el director Peter Hunt, que ni siquiera hablaba directamente con él. A eso hay que sumarle el rumor de su mala relación con su coprotagonista, Diana Rigg, a quien acusó de comer ajo antes de las escenas en las que debían besarse. Cuenta la leyenda que le ofrecieron un contrato por siete películas, pero su agente lo convenció de que la moda de James Bond acabaría pronto.

3. Roger Moore. Estuvo a punto de ser el primero de los 007, pero sus compromisos laborales hicieron que recién tenga su licencia para matar en 1973, cuando filmó “Vive y deja morir”. Ha actuado en siete películas oficiales, lo que lo convierte en el Bond con más presencias en el cine. Mucho más cómico que el resto de los otros agentes, interpretó a Bond hasta que estuvo cerca de los 60 años (incluyendo una época en que dos bond, interpretados por actores distintos, convivieron en las salas de cine).

4. Timothy Dalton. En 1987, este galés le ganó el papel a Pierce Brosnan para empezar el proceso de humanización de un personaje que no podía seguir pareciendo “un Supermán” (en palabras del propio Dalton). Fue protagonista de “Su nombre es peligro” (1987) y “007 con licencia para matar” (1989), encandilando al público en la primera y sin convencerlo, en la segunda, con la que acabaron sus días como 007.

5. Pierce Brosnan. El responsable de hacer renacer la saga fue este actor, que dio vida al personaje en cuatro películas entre 1995 y 2002. Muchos dicen que es uno de los mejores y que consigue un balance entre el irónico Moore y el duro Dalton. A cambio de su participación en la película no solo se llevó una camionada de dinero, sino también los autos que conducía. Además, podía participar en otras producciones mientras encarnara a James Bond, pero debía evitar aparecer en escena con smoking.

6. Daniel Craig. Las exigencias de Brosnan hicieron que los productores se decanten por cambiar de actor y así fue que llegó el primer James Bond rubio. Craig sirvió a la reina desde el 2005 y ya va por su tercera película (próxima a estrenarse). En su favor: James Bond se ha convertido en un héroe con mucha más acción. En contra: cuestiones comerciales hicieron que abandone el Martini para beber una cerveza.

En estos 50 años se han producido 23 películas del famoso agente inglés: Dr. No, Desde Rusia con amor, Goldfinger, Operación Trueno, Solo se vive dos veces, Al servicio secreto de Su Majestad, Diamantes para la eternidad, Vive y deja morir, El hombre de la pistola de oro, La espía que me amó, Moonraker, Solo para sus ojos, Octopussy, Panorama para matar, Alta tensión,  Licencia para matar, GoldenEye, El mañana nunca muere, El mundo nunca es suficiente, Muere otro día, Casino Royale, Quantum of solace y Skyfall.

Confiamos en que la franquicia más rentable del cine continúe y siga encandilando a muchas más generaciones por otros 50 años más, ¡Feliz aniversario 007!

3 de octubre de 2012

LOS DATOS VISUALES EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Esta obra analiza los enfoques históricos, teóricos y prácticos que justifican el uso de las imágenes visuales en la investigación cualitativa. para ello, se centra en la función y valor de este tipo de datos cualitativos e incorpora también consideraciones referidas a la planificación de esta modalidad de investigación y a cómo evaluar su calidad.

De esta forma, Marcus Banks amplía el enfoque al tercer tipo de datos cualitativos (más allá de los datos verbales procedentes de entrevistas y los grupos de discusión, y de los datos de observación), porque el uso de datos visuales no sólo se ha convertido en una tendencia importante en la investigación social en general, sino que enfrenta a los investigadores con nuevos problemas prácticos en su uso y análisis, y produce nuevos problemas éticos. Además, para facilitar su comprensión y mantener el rigor de su discurso, se apoya en numerosos ejemplos procedentes de diversos estudios de casos.

Este volumen forma parte de los ocho títulos que componen la colección "Investigación Cualitativa", coordinada por Uwe Flick. Un proyecto editorial que representa la introducción más extensa y pormenorizada hasta el momento de los procesos implicados en una investigación cualitativa cuya lectura está especialmente recomendada para:

  • Profesionales prácticos de la investigación cualitativa en las ciencias sociales, la investigación médica, la investigación de mercados, estudios de evaluación, organizaciones, negocios y gestión, la ciencia cognitiva, etc.
  • Profesores universitarios en estos campos que utilicen métodos cualitativos; confiamos que esta edición les sirva como base de su docencia.
  • Estudiantes no graduados y graduados de ciencias sociales, enfermería, educación, psicología y otros campos donde los métodos cualitativos son una parte (fundamental) de la formación universitaria, incluidas las aplicaciones prácticas (por ejemplo para la redacción de una tesis)
Marcus Banks: Los datos visuales en Investigación Cualitativa (2010)

1 de octubre de 2012

ENTREVISTA A ERIC HOBSBAWM


Profesor Hobsbawm, dos décadas después de 1989, cuando fue apresuradamente relegado al olvido, Karl Marx ha regresado al centro de atención. Libre del papel de intrumentum regni que le fue asignado en la Unión Soviética y de las ataduras del marxismo-leninismo, no solo ha recibido atención intelectual por la nueva publicación de su obra sino que también ha sido el centro de un mayor interés. De hecho, en 2003, la revista francesa Nouvel Observateur dedicó un número especial a Karl Marx. Le penseur du troisième millénaire? Un año después, en Alemania, en una encuesta organizada por la compañía de televisión ZDF para establecer quien eran los más importantes alemanes de todos los tiempos, más de 500.000 televidentes votaron por Karl Marx; quien obtuvo el tercer lugar en la clasificación general y primero en la categoría de "relevancia actual". Luego, en 2005, el semanario Der Spiegel le dedicó una portada con el título de Ein Gespenst Kehrt zurük (Un espectro ha vuelto) mientras los escuchas del programa In Our Time de Radio 4 de la BBC votaron por Marx como el más grande filósofo.



En una conversación recientemente publicada con Jacques Attalí, usted dijo que paradójicamente son los capitalistas, más que otros, quienes han estado redescubriendo a Marx y usted habló de su asombro, cuando el hombre de negocios y político liberal, George Soros, le dijo a usted que: He estado leyendo a Marx y hay muchas cosas interesantes en lo que él dice. Aunque sea débil y más bien vago ¿cuáles son las razones de este renacimiento? ¿Es probable que su obra sea de interés solamente para los especialistas e intelectuales, para ser presentada en cursos universitarios como un gran clásico del pensamiento moderno que no debería ser olvidado? o ¿también podría venir una nueva "demanda de Marx" en el futuro desde el lado político?

Hay un indudable renacimiento del interés público en Marx en el mundo capitalista, sin embargo, probablemente no todavía en los nuevos miembros de la Unión Europea de Europa del Este. Este renacimiento, fue probablemente acelerado por el hecho de que el 150 aniversario de la publicación del Manifiesto del Partido Comunista coincidió con una crisis económica internacional particularmente dramática en medio de un período de ultra-rápida globalización del libre mercado. Marx predijo la naturaleza de la economía mundial en el comienzo del Siglo XXI, sobre la base de su análisis de la "sociedad burguesa", ciento cincuenta años antes. No es sorprendente que los capitalistas inteligentes, especialmente en el sector financiero globalizado, fueran impresionados por Marx, ya que ellos fueron necesariamente más concientes que otros de la naturaleza y las inestabilidades de la economía capitalista en la cual ellos operaban. La mayoría de la izquierda intelectual ya no supo que hacer con Marx. Fue desmoralizada por el colapso del proyecto social-demócrata en la mayoría de los Estados Atlánticos del Norte en los ochenta y la conversión masiva de los gobiernos nacionales a la ideología de libre mercado así como por el colapso de los sistemas políticos y económicos que afirmaban ser inspirados por Marx y Lenin. Los así llamados, nuevos movimientos sociales como el feminismo, tampoco tuvieron una conexión lógica con el anti-capitalismo (aunque como individuos sus miembros pudieran estar alineados con él) o cuestionaron la creencia en el progreso sin fin del control humano sobre la naturaleza que tanto el capitalismo como el socialismo tradicional habían compartido. Al mismo tiempo, el proletariado, dividido y disminuido, dejó de ser creíble como el agente histórico de la transformación social de Marx. Es también el caso que desde 1968, los más prominentes movimientos radicales han preferido la acción directa no necesariamente basada sobre muchas lecturas y análisis teóricos. Claro, esto no significa que Marx dejara de ser considerado como un gran y clásico pensador, aunque por razones políticas, especialmente en países como Francia e Italia, que alguna vez tuvieron poderosos Partidos Comunistas, ha habido una ofensiva intelectual apasionada contra Marx y los análisis marxistas, que probablemente llegaron a su más alto nivel en los ochenta y noventa. Hay signos de que ahora el agua retomará su nivel.


A través de su vida, Marx fue un agudo e incansable investigador, quien percibió y analizó mejor que ninguno otro en su tiempo, el desarrollo del capitalismo a escala mundial. Él entendió que el nacimiento de una economía internacional globalizada era inherente al modo capitalista de producción y predijo que este proceso generaría no solamente el crecimiento y la prosperidad alardeados por políticos y teóricos liberales sino también violentos conflictos, crisis económicas e injusticia social generalizada. En la última década hemos visto la Crisis financiera del este asiático, que empezó en el verano de 1997; la crisis económica argentina de 1999-2002 y sobre todo, la crisis de los préstamos hipotecarios, que empezó en Estados Unidos en 2006 y ahora ha devenido la más grande crisis financiera de la post-guerra. ¿Es correcto decir entonces, que el regreso al interés en Marx está basado en la crisis de la sociedad capitalista y sobre su perdurable capacidad de explicar las profundas contradicciones del mundo actual?


Si la política de la izquierda en el futuro será inspirada una vez más en los análisis de Marx, como lo fueron los viejos movimientos socialistas y comunistas, dependerá de lo que pase en el mundo capitalista. Pero esto aplica no solamente a Marx sino a la izquierda como un proyecto y una ideología política coherente. Puesto que, como usted dice correctamente, la recuperación del interés en Marx está considerablemente -yo diría, principalmente- basado sobre la actual crisis de la sociedad capitalista, la perspectiva es más prometedora de lo que fue en los noventa. La presente crisis financiera mundial, que bien puede devenir en una mayor depresión económica en Estados Unidos, dramatiza el fracaso de la teología del libre mercado global incontrolado y obliga, inclusive del Gobierno norteamericano, a considerar optar por tomar acciones públicas olvidadas desde los treinta. Las presiones políticas están ya debilitando el compromiso de los gobiernos neoliberales en torno a una globalización incontrolada, ilimitada y desregulada. En algunos casos (China) las vastas desigualdades e injusticias causadas por una transición de modo general a una economía de libre mercado, plantea ya problemas importantes para la estabilidad social y dudas inclusive en altos niveles de gobierno. Es claro que cualquierretorno a Marx será esencialmente un retorno al análisis de Marx del capitalismo y su lugar en la evolución histórica de la humanidad —incluyendo, sobre todo, sus análisis de la inestabilidad central del desarrollo capitalista que procede a través de crisis económicas auto-generadas con dimensiones políticas y sociales. Ningún marxista podría creer por un momento que, como argumentaron los ideólogos neoliberales en 1989, el capitalismo liberal se había establecido para siempre, que la historia tenía un fin o, en efecto, que cualquier sistema de relaciones humanas podría ser para siempre, final y definitivo.


No piensa usted que si las fuerzas políticas e intelectuales de la izquierda internacional, que se cuestionan a sí mismas con respecto al socialismo en el nuevo siglo, renunciaran a las ideas de Marx, ¿no perderían una guía fundamental para el examen y la transformación de la realidad actual?


Ningún socialista puede renunciar a las ideas de Marx, en tanto que su creencia de que el capitalismo debe ser sucedido por otra forma de sociedad está basada, no en la esperanza o la voluntad sino en un análisis serio del desarrollo histórico, particularmente de la era capitalista. Su predicción real de que el capitalismo sería re-emplazado por un sistema administrado o planeado socialmente todavía parece razonable, aunque él ciertamente subestimó los elementos de mercado que sobrevivirían en algún sistema(s) post-capitalista. Puesto que él deliberadamente se abstuvo de especular acerca del futuro, no puede ser hecho responsable por las formas específicas en que las economías socialistas fueron organizadas bajo el socialismo realmente existente. En cuanto a los objetivos del socialismo, Marx no fue el único pensador que quería una sociedad sin explotación y alienación, en que los seres humanos pudieran realizar plenamente sus potencialidades, pero sí fue el que la expresó con mayor fuerza que nadie, y sus palabras mantienen el poder para inspirar. Sin embargo, Marx no regresará como una inspiración política para la izquierda hasta que sea entendido que sus escritos no deben ser tratados como programas políticos, autoritariamente, o de otra manera, ni como descripciones de una situación real del mundo capitalista de hoy, sino más bien, como guías hacia su modo de entender la naturaleza del desarrollo capitalista. Ni tampoco podemos o debemos olvidar que él no logró una presentación bien planeada, coherente y completa de sus ideas, a pesar de los intentos de Engels y otros de construir de los manuscritos de Marx, un volumen II y III de El Capital. Como lo muestran los Grundrisse. Incluso, un Capital completo habría conformado solamente una parte del propio plan original de Marx, quizá excesivamente ambicioso. Por otro lado, Marx no regresará a la izquierda hasta que la tendencia actual entre los activistas radicales de convertir el anticapitalismo en anti-globalismo sea abandonada. La globalización existe y, casi un colapso de la sociedad humana, es irreversible. En efecto, Marx lo reconoció como un hecho y. como un internacionalista, le dio la bienvenida, teóricamente. Lo que él criticó y lo que nosotros debemos criticar es el tipo de globalización producida por el capitalismo. 


Uno de los escritos de Marx que suscitaron el mayor interés entre los nuevos lectores y comentadores son los Grundrisse. Escritos entre 1857 y 1858, los Grundrisse son el primer borrador de la crítica de la economía política de Marx y, por tanto, también el trabajo inicial preparatorio del Capital; contiene numerosas reflexiones sobre temas que Marx no desarrolló en ninguna otra parte de su creación inacabada. ¿Por qué, en su opinión, estos manuscritos de la obra de Marx, continúan provocando más debate que cualquiera otro, a pesar del hecho de que los escribió solamente para resumir los fundamentos de su crítica de la economía política? ¿Cuál es la razón de su persistente interés?


Desde mi punto de vista, los Grundrisse han provocado un impacto internacional tan grande sobre la escena marxista intelectual por dos razones relacionadas. Permanecieron virtualmente no publicados antes de los cincuenta y, como usted dice, conteniendo una masa de reflexiones sobre asuntos que Marx no desarrolló en ninguna otra parte. No fueron parte del largamente dogmatizado corpus del marxismo ortodoxo en el mundo del socialismo soviético, de ahí que el socialismo soviético no pudiera simplemente desecharlos. Pudieron, por tanto, ser usados por marxistas que querían criticar ortodoxamente o ampliar el alcance del análisis marxista mediante una apelación a un texto que no podría ser acusado de ser herético o anti-marxista. Por tanto, las ediciones de los setenta y los ochenta antes de la caída del Muro de Berlín, continuaron provocando debate, fundamentalmente porque en estos manuscritos Marx plantea problemas importantes que no fueron considerados en el Capital, como por ejemplo, las cuestiones planteadas en mi prefacio al volumen de ensayos que usted recolectó (Karl Marx's Grundrisse. Foundations of the Critique of Political Economy 150 Years Later, editado por M. Musto, Londres-Nueva York, Routledge, 2008). 


En el prefacio de este libro, escrito por varios expertos internacionales para conmemorar el 150 aniversario desde su composición, usted escribió: Quizá este es el momento correcto para regresar al estudio de los Grundrisse menos constreñidos por las consideraciones temporales de las políticas de izquierda entre la denuncia de Nikita Khrushchev de Stalin y la caída de Mikhail Gorbachev. Además, para subrayar el enorme valor de este texto, usted establece que los Grundrisse contienen análisis y la comprensión, por ejemplo, de la tecnología, que lleva al tratamiento de Marx del capitalismo mas allá del siglo XIX en la era de una sociedad donde la producción no requiere ya mano de obra masiva, de automatización, de potencial de tiempo libre y de las transformaciones de alienación en tales circunstancias. Este es el único texto que va, de alguna manera, más allá de los propios indicios de Marx del futuro comunista en la Ideología Alemana. En pocas palabras, ha sido correctamente descrito como el pensamiento de Marx en toda su riqueza. Por tanto ¿cuál podría ser el resultado de la re-lectura de los Grundrisse hoy?


No hay probablemente más que un puñado de editores y traductores que han tenido un pleno conocimiento de esta gran y notoriamente difícil masa de textos. Pero una re-re-lectura o más bien lectura de ellos hoy puede ayudarnos a repensar a Marx: a distinguir lo general en el análisis del capitalismo de Marx de lo que fue específico de la situación de la sociedad burguesa en la mitad del siglo XIX. No podemos predecir qué conclusiones de este análisis son posibles y probablemente solamente que ellos ciertamente no llevarán a acuerdos unánimes.


Para terminar una pregunta final ¿Por qué es importante leer hoy a Marx? 


Para cualquier interesado en las ideas, sea un estudiante universitario o no, es patentemente claro que Marx es y permanecerá como una de las grandes mentes filosóficas y analistas económicas del siglo diecinueve y, en su máxima expresión, un maestro de una prosa apasionada. También es importante leer a Marx porque el mundo en el cual vivimos hoy, no puede entenderse sin la influencia que los escritos de este hombre tuvieron sobre el siglo XX. Y finalmente debería ser leído porque como él mismo escribió, el mundo no puede ser cambiado de manera efectiva a menos que sea entendido, y Marx permanece como una soberbia guía para la comprensión del mundo y los problemas a los que debemos hacer frente.

FUENTE: Rebelion.org